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Eduardo Fungairiño renuncia a su cargo como fiscal jefe de la Audiencia Nacional
Eduardo Fungairiño renuncia a su cargo como fiscal jefe de la Audiencia Nacional
por razones personales

Eduardo Fungairiño renuncia a su cargo como fiscal jefe de la Audiencia Nacional

Quedará adscrito a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, donde aportará su dilatada experiencia profesional en materia de terrorismo

AGENCIAS | MADRID

Miércoles, 1 de febrero 2006, 01:00

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El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, ha presentado hoy ante el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, su renuncia al cargo por "razones estrictamente personales", según informaba la Fiscalía en un comunicado. Fungairiño, que desempeñaba este cargo desde el 30 de mayo de 1997, quedará adscrito a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo mientras que el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, ocupará interinamente la jefatura de dicha Fiscalía mientras se materializa el relevo de Fungairiño.

El hasta ahora fiscal jefe de la Audiencia, tribunal en el que ha trabajado durante 26 años, ha comunicado esta decisión a Conde-Pumpido, con el que se reunía esta mañana en su despacho de la Fiscalía General, y a su regreso a la Audiencia se lo ha comunicado a los fiscales oficiales y a los auxiliares de la Fiscalía, quienes han acogido con sorpresa su renuncia, según fuentes de la Audiencia Nacional.

Fungairiño informó de su renuncia a Cándido Conde-Pumpido en una reunión mantenida este mediodía, en la que también estuvieron presentes el teniente fiscal del Tribunal Supremo, Juan José Martín-Casallo, y la jefa de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General, Elvira Tejada. Conde-Pumpido aceptó verbalmente la renuncia, aunque deberá hacerlo de modo oficial una vez que Fungairiño la formalice ante el Consejo Fiscal, lo que ocurrirá previsiblemente la semana próxima.

El fiscal general sugirió a Fungairiño que, para aprovechar su larga experiencia en asuntos de terrorismo y cooperación internacional, se incorpore a la Fiscalía del Tribunal Supremo en esas áreas. Previsiblemente, será destinado a la Fiscalía de la Sala Segunda. Además, por su categoría de fiscal de Sala, podrá optar los puestos de nueva creación o que queden vacantes reservados para quienes ostentan esa categoría en la carrera. De momento, quedará automáticamente adscrito a la Fiscalía del Supremo, por ser fiscal de Sala.

Respecto a los motivos personales que le han llevado a renunciar al cargo, fuentes fiscales se limitaron a señalar, como posible causa de su decisión, que lleva desde 1980 destinado en la Fiscalía de la Audiencia, donde ha sido sucesivamente fiscal, teniente fiscal y fiscal jefe, y siempre en primera línea en los sumarios de terrorismo. El teniente fiscal de la Audiencia, Jesús Santos, nombrado en su día en competencia con el fiscal que prefería Fungairiño para el cargo, Ignacio Gordillo, declaró hoy que la semana próxima se abrirá el proceso para nombrar al nuevo fiscal jefe.

Primero Fungairiño deberá materializar su renuncia ante el Consejo Fiscal, el fiscal general deberá aceptarla oficialmente, y a continuación saldrá la plaza a concurso. La selección será culminada por el Consejo Fiscal, oido el cual el fiscal general elevará propuesta al Consejo de Ministros, que tiene la última palabra. Jesús Santos aclaró que él no puede ser candidato al puesto de fiscal jefe porque no reúne la antigüedad suficiente, que es de veinte años en la carrera fiscal.

El fiscal del 'caso de la Colza'

Fungairiño, nacido en Santander el 30 de mayo de 1946, ingresó en la Escuela Judicial en noviembre de 1972 y un año después comenzó a ejercer como fiscal en la Audiencia Provincial de Barcelona. Permaneció allí hasta el 14 de febrero de 1980, fecha en la que fue nombrado fiscal en la Audiencia Nacional y el 1 de junio de 1988 tomó posesión del cargo de teniente fiscal en esta instancia judicial.

Entre los sumarios antiterroristas en los que ha intervenido destacan el atentado de Hipercor, el asesinato del Comandante Ynestrillas, el atentado frustrado contra el presidente del Tribunal Supremo Antonio Hernández Gil y el que costó la vida a varios guardias civiles en la calle Príncipe de Vergara y en la plaza de la República Dominicana. Investigó también otras causas en las que participó el etarra Henri Parot, para quien pidió en un juicio una pena de 85 años de cárcel, no sin antes llamarle "cobarde" por no asumir sus responsabilidades.

En 1990 fue objeto de un atentado, que resultó fallido, cuando ETA le envió un paquete bomba que pudo ser localizado y desactivado antes de que le estallara en las manos. Es conocido además por su actuación como fiscal en el mayor juicio celebrado en la historia judicial española: el sumario por el envenenamiento masivo con aceite de colza desnaturalizado, en el que intervino durante los nueve años que duró su instrucción.

En 1994 mantuvo un enfrentamiento con el entonces fiscal general del Estado, Carlos Granados, tras solidarizarse con el fiscal de la Audiencia Nacional Pedro Rubira cuando éste se mostró reticente a la puesta en libertad del general Rodríguez Galindo, relacionado con el secuestro y muerte de los presuntos etarras Lasa y Zabala. Integrante, junto a los también fiscales Pedro Rubira, Ignacio Gordillo y María Dolores de Prado, del grupo conocido como los "fiscales rebeldes e indomables", fue expedientado, al igual que ellos, en diciembre de 1996, por "insubordinación" de los fiscales hacia su jefe, José Aranda, que fue destituido por su "falta de autoridad".

Su llegada a la jefatura de la fiscalía de la Audiencia no estuvo exenta de polémica, ya que fue nombrado por el entonces fiscal general Jesús Cardenal en contra del Consejo Fiscal, lo que fue criticado por todas las asociaciones de fiscales. También fue criticado, en diciembre de 1997, por su postura respecto a la falta de competencia de la jurisdicción española en los crímenes cometidos por las dictaduras argentina y chilena.

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