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Dimite el presidente de Livedoor, el ejecutivo que encandiló a Japón
escándalo financiero

Dimite el presidente de Livedoor, el ejecutivo que encandiló a Japón

En sus numerosas entrevistas Horie solía decir: "Si alguien miente no pasa nada mientras no viole la ley....la ética cambia con el tiempo"

EFE | TOKIO

Martes, 24 de enero 2006, 01:00

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El encanto mediático de Takafumi Horie, el presidente de Livedoor que dimitió hoy por sospechas de fraude financiero, cautivó al primer ministro Junichiro Koizumi, que se defendió de haber caído bajo el hechizo del carismático empresario.

"No es lo mismo", dijo Koizumi al ser interpelado por recurrir al protagonista del mayor escándalo de lo que de dio en llamar Nueva Economía nipona, para que representara su partido en la provincia de Hiroshima en las pasadas elecciones a la Cámara Baja de septiembre. Como promotor de reformas profundas en política y economía, Koizumi quedó cautivado por la sencillez del joven ejecutivo que se presentaba a anunciar millonarias ofertas hostiles en camiseta de diseño y prometía terminar los métodos anquilosados de la vieja guardia empresarial de traje azul y pelo blanco.

Iniciador de negocios impensables en Japón para alguien con su escasa experiencia, como comprar un famoso equipo de béisbol o enfrentarse en negocios con la televisión privada más grande de Japón, Horie se convirtió pronto en héroe de las generaciones educadas por internet.

Invitado a dar conferencias en universidades y a programas televisivos, Horie conquistó además el apodo de Horie-mon, en referencia a Doraemon el gato espacial de los dibujos animados que adoran varias generaciones de japoneses y que con su figura rechoncha y su carácter bonachón recuerdan vagamente al joven empresario.

Su habilidad para estar justo a tiempo en el momento apropiado, lo situó en la cumbre de su fama mediática cuando fue llamado por el primer ministro de la melena leonina para representar en la lid electoral al poderoso Partido Liberal Democrático (PLD).

Aunque la fuerza política hegemónica de Japón y el innovador empresario "puntocom" no coincidieran en nada (la campaña electoral prohibía el proselitismo en internet), Horie aceptó, según los analistas locales, llevado por el afán desaforado de aumentar el valor de las acciones de sus empresas en la bolsa.

Horie: "la ética cambia con el tiempo"

En sus libros o en sus numerosas entrevistas se solían encontrar frases como "lo único que mueve a la gente es el dinero" o "si alguien miente no pasa nada mientras no viole la ley....la ética cambia con el tiempo".

En 1996, aún sin terminar sus estudios, Horie se convirtió en un empresario de 23 años y empezaba una empresa cuyo nombre Livin on the Edge (Vivir en el límite), anunciaba su gusto por el riesgo.

En un derrotero típico de la economía puntocom, Horie aprendía sobre la marcha y generaba un torbellino de compras, muchas de ellas agresivas y, cuando el dinero faltaba, multiplicaba sus acciones por medio de fraccionamientos intensivos de acciones.

El capital de fundación de su primera firma fue de 6 millones de yenes (50.000 dólares) y diez años después, con 2.500 empleados y 44 filiales, su valor era de 600.000 millones de yenes (unos 5.000 millones de dólares).

Las exitosas y hoy dudosas prácticas de Livedoor fueron emuladas por firmas jóvenes y dieron lugar a una "epidemia de fragmentación" bursátil que en los últimos días ha dado lugar a oleadas de ventas en Tokio.

Al final del día cuando se anunciaba que Horie dimitía como presidente y que empresas de su grupo cambiarían de nombre para distanciarse del escándalo, las acciones de Livedoor habían perdido un 75% desde que se inició el escándalo.

La detención de Horie tuvo el peculiar efecto de tranquilizar hoy los mercados por la percepción de que la racha de malas noticias de Livedoor harían una pausa mientras el empresario era interrogado.

El resto de la semana, los analistas vaticinan vilo por ver si la incertidumbre vuelve a tomar forma de pánico vendedor.

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