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Un médico prepara los óvulos y el esperma para realizar un intento de inseminación artificial.
Rejuvenecer el óvulo, la última frontera de la fertilidad

Rejuvenecer el óvulo, la última frontera de la fertilidad

Hay técnicas que exploran cómo revertir los efectos del envejecimiento e incluso cómo estimular los folículos durmientes con células madre provenientes de la médula ósea para tener hijos después de la menopausia

LINDA ONTIVEROS

Miércoles, 25 de enero 2017, 11:16

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A pesar de que la población en los países desarrollados tiene una vida media más larga que hace medio siglo, y que ahora se sitúa en 85 años para las mujeres, el momento en que empieza la menopausia no se ha modificado. Y aunque ahora las mujeres desean tener hijos a una edad más avanzada, su organismo, en muchos casos, no se lo permite, debido a lo que se conoce como «envejecimiento ovárico», es decir, de los óvulos que contienen los ovarios.

«Los ovarios empiezan a envejecer a los 38 años y lo hacen de forma muy acelerada a partir de los 41 años», advierte el doctor Antonio Pellicer, presidente del IVI y catedrático de Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Valencia. El envejecimiento consiste en que hay pocos óvulos disponibles, y los que hay son de mala calidad. «Eso hace que tengamos un verdadero problema imposible de combatir, y no es otro que las mujeres decidan tener hijos a una edad más avanzada que hace 50 años».

El envejecimiento ovárico aumenta, por ejemplo, la posibilidad de tener un hijo con síndrome de Down, y hoy en día la única solución es la donación de óvulos, que muchas parejas no aceptan. «Nuestra obsesión es hacer reversible los efectos del envejecimiento sobre los ovarios y obtener óvulos de buena calidad», afirma el doctor Pellicer. «Por un lado, trabajamos en poder crear óvulos a partir de células madre de la propia mujer, algo que puede ser posible dentro de diez o quince años, y, por otro, trabajar con los folículos/óvulos durmientes en los ovarios, que existen incluso llegada la menopausia. Nadie sabía cómo despertarlos y hacerlos crecer, pero en los últimos dos años hemos desarrollado dos técnicas que parece que funcionan en algunos casos concretos, lamentablemente no en todos».

En cuanto a la creación de óvulos a partir de las células madre, la investigación se ha realizado a partir de células adultas reprogramadas de forma indiferenciada (inmadura, prácticamente embrionaria). Luego, mediante el uso de factores de crecimiento y co-cultivo con otras células del organismo, los investigadores han conseguido crear óvulos, embriones, en ratones. «Han tenido una vida aparentemente normal y han mostrado capacidad incluso para reproducirse», afirma Pellicer.

Para la otra técnica se están realizando dos estudios distintos. En uno se trocean los ovarios durmientes para activarlos; un concepto experimentado en Japón, bajo la dirección del doctor Kazu Kawamura, aunque en la Fundación IVI no utilizan una fase de cultivo in vitro del tejido, lo que permite completar todo el proceso en menos de una hora. La otra, realizada en colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe, estimulan los folículos/óvulos durmientes con células madre provenientes de la médula ósea. «Tenemos resultados esperanzadores, pero insisto, todavía queda mucho camino por recorrer», dice el doctor Pellicer.

«De momento las únicas pacientes que se benefician de estos tratamientos son las que han tenido una menopausia precoz recientemente, digamos hace menos de 2 años», prosigue el doctor Pellicer. «Trabajamos para aplicarlas a todas aquellas en las que su reserva de óvulos esté disminuida. No obstante, no existen hasta ahora tratamientos para pacientes cuya reserva ovárica se agota. De manera que lo que estos trabajos vendrán a sustituir, cuando se optimicen, es a la propia donación de ovocitos».

El campo de la búsqueda de soluciones para ese «verdadero problema» de la infertilidad en mujeres de edad avanzada es amplio, y contiene varias líneas de investigación interesantes. En la Fundación IVI, el equipo médico intenta entender, a través de unos 300 proyectos, la influencia medio-ambiental en la esterilidad, mejorar la implantación de óvulos mediante un test para predecir el momento en que el útero de la mujer es más receptivo para que un embrión implante, establecer nuevas formas de tratar los miomas o la endometriosis, ambas patologías que afectan a muchas mujeres, o reproducir en laboratorio y en 3D las funciones del útero.

«Piense que la especie humana es bastante imperfecta desde el punto de vista reproductivo y nosotros debemos aprender a distinguir los embriones normales de los anormales», concluye Pellicer. «Hay muchos factores que pueden afectar a la esterilidad, tanto femenina como masculina, y tratamos de entender cómo sería una forma saludable de optimizar la fertilidad en el ser humano».

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