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LA PRIMERA PREGUNTA

MANUEL ALCÁNTARA

Viernes, 13 de abril 2018, 00:03

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Por mucho que disimulen los adeptos, el incidente de mallorca ha pasado de ser un episodio a ser un síntoma. El hecho de que doña Letizia no congenie con doña Sofía trasciende las páginas de 'Hola' y está a punto de pasar a las páginas de sucesos de los periódicos, todo el mundo tiene derecho a retratarse con sus abuelos, aunque salga movido y haya que repetir la foto. A la heredera del trono de España quizá le estén sobrando protectores, ya que abundan los que saben protegerse ellos solos. La sangre siempre ha sido colorada, que dijo Quevedo, pero hay aproximaciones, aunque celeste sea un matiz inciso. El error de la reina Sofía, tan perdonable como el de todas las abuelas, ha sido creer que cómo sus nietas no hay nadie y si las hay deben apartarse. Acaso lo más engorroso para los genealogistas haya sido apartar a doña Leonor en el homenaje a don Juan.

La gente de la calle se pregunta: ¿cómo has pasado las vacaciones de Semana Santa? ¿Bien o como la Familia Real? La esposa de don Juan Carlos se ha ganado no únicamente el respeto popular, sino el cariño, que es clave en toda democracia, porque los votos se cuentan y no se pesan. El evidente esfuerzo de doña Letizia por blindar a su descendencia le ha conducido a confundir el acoso mediático, que es evidente, con algunos desaires innecesarios. A todo esto, que es más de lo que precisamos, se han añadido las agrias disputas familiares, mientras el PSOE reta a Ciudadanos con una moción de censura contra Cifuentes y Bruselas advierte que los sueldos se estancan en vez de subir con la productividad, que parecía lo lógico, aunque esta palabra haya sido desterrada y sigamos esperando lo inesperado, que es lo que nunca nos falla. Por lo menos hasta ahora, como Cristiano y Messi. Después del artículo 155.

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