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EL PLENO RESBALA

PABLO ÁLVAREZ

Viernes, 15 de septiembre 2017, 00:00

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La realidad es algo resbaladiza en el Ayuntamiento. Uno, de hecho, sale de los plenos municipales sin saber muy bien qué ha visto, ni si eso que cree haber visto va a tener o no consecuencias prácticas. O sea, que al final parece como si uno patinara por encima de una realidad que se le escapa.

Miren, verbigracia, la cosa de la fuente del vino. Ayer el pleno aprobó recuperar esa iniciativa más bien tirando a folclórica que se puso en marcha en tiempos del alcalde Santos, y que no sobrevivió al bipartito. Pues bien, pese a que la cosa quedó aprobada, nadie sabía a la salida si va a haber tal fuente morada estos sanmateos, los siguientes o nunca. «Lo intentaremos», vino a decir el concejal Sáinz, aunque no se sabe si se refería a echar titanlux al agua o a poner unos celofanes de color en los halógenos.

Porque así son las cosas en el Ayuntamiento. Por los plenos pasan muchas mociones; si no se aprueban uno se asegura de que no se harán. Si se aprueban, nadie sabe nada. Quizá sí, quizá no, Quizá, como ayer, las mismas mociones vuelvan en un par de años a rondar por el salón de plenos.

Siempre hay excepciones, claro, como el homenaje que en plenos sanmateos le haremos los logroñeses al gran Dalmati, merecido por artista y por otras cosas. Eso se aprobó y, milagro, se hará.

Pero no todo el mundo tiene ese privilegio. Los vecinos de Los Lirios no, por ejemplo. Hace ya más de dos años que este mismo pleno aprobó ceder una parcela para que el Gobierno construyera allí un colegio. Pero ni parcela cedida, ni colegio construido. Ni las cosas muy claras, la verdad: aquí todo es resbaladizo en extremo.

Ayer tanto el concejal Sáez Rojo como la alcaldesa Gamarra se aplicaron en dejar bien claro que, si por ellos fuera, la parcela ya estaría en manos del consejero Galiana. Pero que es el Gobierno el que se hace de rogar, sin decir exactamente cuántos metros necesita.

Y qué quieren que les diga: la pinta de este resbaloso asunto es que Educación no tiene nada de ganas de ponerse a construir un colegio en plena crisis demográfica. Con aulas sin llenar por toda La Rioja, al Gobierno no le apetece gastarse la pasta que no le sobra en un colegio nuevo. Y los vecinos pueden esperar sentados a la otra opción que sugería el representante del barrio que habló en el pleno: que trasladen un colegio de una zona más envejecida. Ja. A un político le costará negarse a la justa reivindicación de un papá de Los Lirios, pero no ha nacido el consejero educativo con los bemoles de cerrar un colegio en el centro y arriesgarse a un dos de mayo con cañones y todo.

No es de extrañar que cuando aparece un grupo de profesores dispuesto a montar un colegio-cooperativa y a concertarlo después, arriesgando su pasta, tanto al Ayuntamiento como al Palacete la cosa le parezca de perlas. Si el Gobierno tiene razón, y Los Lirios no da para un colegio nuevo, pues de lo suyo gastan. Y si resulta que sí, pues todo el mundo contento y el barrio tiene su cole sin que Educación haya gastado en ladrillos.

¿Qué pasará ahora? Cómo quieren que lo adivine. Digamos que los Lirios tendrá su colegio cuando las fuentes manen vino. Lo cual puede ocurrir mañana. O nunca.

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