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Piqué, Urdangarin y la pocha

PIEDAD VALVERDE

Sábado, 14 de octubre 2017, 23:38

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El mes pasado dediqué esta columna a Cataluña. En concreto les hablé a ustedes de un saco de cebollas que le dieron a mi padre como pago a un día entero de trabajo y lo comparé a aquel estatut catalán que se aprobó en referéndum y que el Tribunal Constitucional (a instancias del partido que hoy gobierna) recortó y casi anuló. Sigo pensando que si se hubiera respetado aquel impecable proceso democrático no habrían tenido lugar esas imágenes que han dado la vuelta al mundo de policías «secuestrando» urnas o los penosos discursos patrióticos o independentistas. Como les digo no me quiero repetir con el saco de cebollas (valga la redundancia), así que en busca de alguna noticia que relacionar con una historia de las mías he abierto el Diario La Rioja. Y reconozco que el periódico me lo ha puesto fácil porque en la sección de deportes me topo con dos páginas protagonizadas por el polémico futbolista del Barcelona, Piqué, habitual de las revistas del corazón por estar casado con la cantante Shakira. Ocupa, como digo, un par de hojas, pero esta vez no para hablar de su profesión ni siquiera de su famosa familia, sino para comentar sus ideas políticas. La noticia se hacen eco de las declaraciones que ha hecho justificando que no oyó el discurso sobre el conflicto catalán del rey Felipe VI porque, cito textualmente, en ese momento estaba jugando a la pocha, que por lo visto es un juego de cartas muy popular en la selección española. El reportaje también señala que esta persona suele ser insultada por su defensa de la independencia catalana. Ni una palabra de sus habilidades con el balón. Paso algunas páginas y me encuentro con otro famoso deportista que llevó, en su día, los mismos colores que Piqué, sólo que en vez de tocar la pelota con el pie, lo hacía con la mano. Sí, lo han adivinado, el cuñado del rey, ese al que Piqué no pudo oír por la dichosa pocha.

Lo leo con el mismo afán que la noticia anterior y descubro que tampoco hablan de las actividades profesionales de este señor. Nos cuentan cositas familiares, ecos de sociedad. Que el hijo mayor del exjugador acaba de cumplir 18 años, que le encanta la bicicleta y que aprovecha para pasear con su padre por las calles de Ginebra. También nos refieren que el chaval está muy unido a la reina emérita, sí, la madre del que no pudo oír Piqué por la susodicha pocha. Nos relatan cómo nieto y abuela comparten su afición por los proyectos solidarios y que incluso este verano han ido juntos a Vietnam a trabajar en unos hornos de biogás. Para ilustrar esta información tan interesante aparece una foto de la Infanta, la madre del cumpleañero, en su hogar suizo. La Infanta, sí, la hermana del rey al que no pudo oír el futbolista catalán. En la imagen Cristina de Borbón muestra una amplia sonrisa y se me ocurre que quizá sonría así por la tranquilidad que da saber que, con el embrollo que hay montado, nadie se acuerda ya que de que su atlético esposo debería estar en la cárcel. Se me ocurre también que este mapa revuelto viene estupendamente para esconder y posponer los verdaderos problemas de los ciudadanos españoles: la corrupción, los recortes en educación y sanidad, el paro, la precariedad en el empleo, la triste situación de los refugiados...

Por mi parte deseo, de corazón, no tener que hablar nuevamente de Cataluña porque se haya agravado la situación. Y espero, dicho sea de paso, que los gobernantes escuchen y vean lo que está ocurriendo en las calles y no sigan, como Piqué, jugando a la pocha.

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