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Pedro Sánchez, la cuenta atrás

En la Moncloa ya se han vaciado los despachos y puesto a punto el sistema informático, no sea que ofrezca sorpresas

MARGARITA SÁENZ-DIEZ

Domingo, 10 de junio 2018, 00:10

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Pedro Sánchez es el presidente del Gobierno de España. Una mayoría de sus militantes le aplauden a rabiar, algunos barones socialistas suavizan sus críticas, a la vista del nuevo panorama, y ninguno de los partidos que apoyaron la moción de censura contra Mariano Rajoy quisiera verse defraudado.

El acoso contra Sánchez en los últimos días, ha quedado en palabras vacías. Redactadas esas frases al calor del riesgo que se avecinaba, el último argumentario que utilizó la cúpula del PP ha quedado archivado, por ahora. Decían que se trataba de un adversario de poca monta, al que había cegado su obsesión por llegar a la Moncloa a cualquier precio.

Pero ahora, en la Moncloa ya se han vaciado los despachos y puesto a punto el sistema informático, no sea que ofrezca sorpresas. En la vivienda privada, fuera libros de cabecera, repintado general, colchones nuevos y algún cambio estético a gusto de los nuevos inquilinos. Tan convencidos estaban de que el santo y seña seguiría en manos de Mariano Rajoy que, hasta Ana Pastor, presidenta en funciones del Congreso de los Diputados y una de las mujeres con más futuro en el PP, precipitó tanto la fecha del pleno de la moción de censura, que consiguió el efecto contrario: la argamasa que había de sellar tan heterogénea oposición fraguó con imprevista rapidez.

Incluso antes de que se anuncie la composición del nuevo Gobierno, se habrá reunido el martes la cúpula del PP para analizar los errores y abrir una nueva etapa. La anunciada presencia de José María Aznar en ese cónclave ha invocado malos presagios. Si cierra filas y solo receta aspirina contra los errores, puede parecer un chaquetero que ha cambiado la caña por la lisonja. Pero si acude en plan de ángel exterminador, la imagen negativa que Aznar ha ido creando de su sucesor sufrirá otro revolcón. Con palabras amables, claro. Un catarro repentino que le obligara estar ausente en la reunión sería bienvenido por casi todos.

Aunque la prensa internacional ha etiquetado a Pedro Sánchez como 'el guapo', Albert Rivera también dispone de un buen físico, según comentan los expertos en esa tornadiza materia. En lo que hay unanimidad es en que un Ciudadanos, cada vez más aislado, le enmendará la plana con ocasión y sin ella, mientras los estrategas populares se conjuran para conseguir que el nuevo presidente permanezca en el cargo el menor tiempo posible.

Mientras, en el bloque de apoyo a la moción de censura, cada uno trabaja para lograr acuerdos puntuales, que consigan proyectar una imagen de razonable cohesión en el Congreso de los Diputados. A su vez, Sánchez se despertará cada día dándole vueltas a las zonas de entendimiento que puede encontrar entre el Gobierno socialista y el resto de las fuerzas que le han llevado hasta la Moncloa. Empieza la cuenta atrás.

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