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Payasos

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FERNANDO SÁEZ ALDANA

Jueves, 23 de noviembre 2017, 00:00

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Me había propuesto quitarme del fistro catalán, que ya huele peor que el traje de Pusdemón, ese cobarde torpedo sexuarl por la gloria de su madrer, pero reincido para insistir en que «las elecciones no son sinónimo de democracia y en ocasiones resultan incluso perjudiciales» (David van Reybrouck).

¿Es democrático que un partido gobierne el segundo Ayuntamiento de España con 11 concejales de 41? ¿Y que su alcaldesa, una indocumentada sin más currículo que su militancia antidesahucios, nombre directora de Comunicación a una «artista postporno» que se fotografía en público bajándose las bragas y meando en medio de la calle, porque «su contrastada estrategia de comunicación la capacita para el puesto»? ¿Qué clase de estrategia son estas guarreridas españolas perpetradas con el diodeno vaginarl del cuerpo humano? ¿Te da cuén?

¿Es democrático, ¡jarrl!, que con un 8% de los votos (300.000 de un censo de seis millones) en las elecciones autonómicas de 2015 las CUP hayan dominado la catastrófica política catalana en estos dos años? ¿Y que su lideresa sea Anna Gabriel, ese monstruo de tipa que en un acto callejero afirmara micro en mano: «Soy una puta traidora, amargada y mal follada» -¿cómorrr?- en tono pretendidamente irónico pero con bastantes posibilidades de haberle jugado una mala pasada el subconsciente?

En fin, ¿es democrático dejar volver a las andadas a gobernantes nefastos, algunos prófugos o encarcelados, y a partidos que ya han demostrado servirse de instituciones tan del Estado español como un parlamento y un gobierno regionales para sublevarse contra él? Si quieren la independencia que se la curren echándose al monte con el trabuco, que es como se hacen las revoluciones de verdad y no por pijos acomodados que luchan contra el «sistema» por el curioso método de vivir a su costa.

Convocar elecciones precipitadamente es propio del cobarde de la pradera Condemor que es Rajoy, más vale que no sea cirujano. Porque cuando se forma pus diodenal en el cuerpo humano a guan, a peich agromenáuer, hay que ir hasta el fondo de la infección sediciosa sexuarl personalmente y moralmente porque si no matas hasta el último peazo bicho se cierra en falso y del segundo reventón del absceso te salvan ni la meretérica dirigida por Perry Manso.

En fin, que esta vez el fistro del «desafío soberanista» ha sido el pretexto para homenajear a Gregorio Esteban Sánchez Fernández o Chiquito de la Calzada, ese cómico irrepetible y entrañable, maestro en el arte de hacer reír, menos por sus chistes que por el descacharrante modo de contarlos, creador de palabros de enorme éxito popular. Y a los payasos profesionales que nos hacen reír les debemos gratitud y el respeto que no merecen patéticos aficionados como la Malfollá de la CUP, el Caganer de Bruselas o la Meona de la Colau. ¡Al ataquerr!

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