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LOS MALES GANANCIALES

MANUEL ALCÁNTARA

Sábado, 14 de octubre 2017, 23:38

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El Fondo Monetario Internacional advierte que si continúan las tensiones políticas en Cataluña nos podemos ir al garete todos, no sólo los que ya habitan en los aledaños y contemplan la desbandada de empresas catalanas. ¿Cuántas sedes sociales se han buscado otra residencia? Es pronto para hacer la cuenta, pero el balance es escalofriante, mientras Puigdemont insiste en declarar la independencia. Ya tiene fecha: será el martes próximo, a dos días del llamado Día de la Hispanidad, que los que hemos rodado por Latinoamérica sabemos que es lo que más cabrea a los que hablan nuestro hermoso idioma, que es el de las ínclitas razas paupérrimas. El gran Pablo Neruda, que probablemente murió asesinado aunque no se pueda probar, escribió: «Se lo llevaron todo, pero nos dejaron todo: la palabra». Cuando estuve en su hospitalaria casa de Valparaíso, llamada 'La Sebastiana', me dijo: «Federico era mi Hermano y Miguel era mi hijo», refiriéndose a García Lorca y a Miguel Hernández. Lo he contado varias veces. No para que alguien se lo aprenda, sino para que yo no lo olvide.

Cuando todo se ve negro no hay que cerrar los ojos, porque la oscuridad aumenta. Somos muy dados a exagerar y los que hablan de 'terrorismo policial' incurren en dar proporciones excesivas a todo lo que pasa. También le llamamos 'partidazo' al encuentro entre el Cádiz y el Osasuna, que son dos de los equipos más simpáticos, pero que no van a alterar las costumbres de la mayoría de los españoles, sino la de sus respectivos hinchas. El peligro es Puigdemont, que se dispone a declarar la independencia unilateral. Los males gananciales también son de difícil reparto, pero ojalá él se los quede todos. Nosotros queremos seguir viviendo y entendiéndonos los unos con los otros.

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