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Familia inclusiva

«Estos objetivos pasan necesariamente por el reconocimiento del importante papel de los abuelos en la familia como encarnación viva del legado familiar intangible pero imprescindible para un desarrollo humano equilibrado»

JOSÉ FERNANDO CALDERERO. - DOCTOR. PROFESOR DE LA UNIR

Domingo, 20 de mayo 2018, 23:38

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Familias y sociedades inclusivas» es el lema elegido por la ONU para el Día Internacional de las Familias, 15 de mayo de 2018, resaltando «el papel de las familias y las políticas familiares como elemento importante para el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 16, en términos de promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible».

Ante este importante reto mundial de importancia decisiva para el futuro de todos, podemos hacernos, entre otras, algunas preguntas: ¿Qué entendemos por Desarrollo Sostenible? ¿Podrá haber una sociedad realmente inclusiva sin que se aprendan y experimenten en el hogar pensamientos, actitudes y conductas inclusivas? ¿Esa teórica inclusividad incluye el reconocimiento del importante papel de los abuelos en la familia? ¿Es esta una escuela de convivencia en la que se aprende «por inmersión» que todos son importantes y, por tanto, escuchados y tenidos en cuenta desde bien pequeños?

Antes de avanzar más, conviene reflexionar sobre algunos hechos actuales:

Los efectos que «La teoría sueca del amor» está generando en todos los países que la han secundado. En palabras del psicoanalista Bernardo Mateu: «hay unas tendencias en occidente que operan como causa de sufrimiento»... Individualismo, biologización, nihilismo, tiempo presente.

La vida de muchos ciudadanos se orienta tan abiertamente hacia un claro individualismo que la primera ministra británica, Theresa May, ha anunciado la creación de una Secretaría de Estado para tratar el problema de la soledad, que afecta a más de nueve millones de personas en el Reino Unido.

El, desde mi punto de vista, principal problema con que nos encontramos: «La natalidad desciende a mínimos históricos en España y vuelve a perder población».

Ante este panorama, urge reflexionar sobre las causas de esta fragmentación social y pérdida de vínculos personales valiosos, y considerar decididamente a las familias, los hogares, como lo que son, o deberían ser: auténticos centros de desarrollo interdimensional del ser humano.

Ya que el «Objetivo 16» de la «Agenda de Desarrollo Sostenible» de las Naciones Unidas «se ha definido como el desarrollo capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades» podemos preguntarnos qué concepto de desarrollo está implícito en la idea de que no hay que comprometer el desarrollo de nuestros descendientes al desarrollarnos nosotros. Da toda la impresión de que están considerando un desarrollo que conlleva necesariamente un proceso de esquilmación de recursos. Si tuvieran «in mente» que el desarrollo del ser humano pasa por la satisfacción de todas sus necesidades corporales, intelectuales, afectivas, espirituales, sociales, etc., no solo «económicas», se darían cuenta de que el auténtico desarrollo debería implicar la gozosa contribución individual al crecimiento personal y social de los demás y de la naturaleza.

Considero que aprender, y experimentar, en el hogar pensamientos, actitudes y conductas inclusivas, acogedoras es una «conditio sine qua non» para lograr una sociedad realmente inclusiva, en la que todo ser humano pueda considerarse miembro de pleno derecho de la gran familia humana y, por tanto, poder ser, con toda dignidad, habitante de la Casa Común, utilizando la sugerente denominación de la Tierra que hace el Papa Francisco en la encíclica «Laudato si». Estos importantes objetivos pasan, también necesariamente, por el reconocimiento del importante papel de los abuelos en la familia como encarnación viva del legado familiar intangible pero imprescindible para un desarrollo humano equilibrado, y por la vivencia concreta y tangible de que en la familia todos son importantes y, por tanto, escuchados y tenidos en cuenta desde bien pequeños.

¡Feliz #DiaInternacionaldelaFamilia 2018!

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