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La profecía de Demócrito

BENITO COTERÓN BLANCO

Sábado, 3 de marzo 2018, 23:50

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Helena Maleno se dedicaba a avisar a los equipos de rescate cuando había un naufragio. Pero ciertos sectores de la policía española consideraron esto como «tráfico de personas», acusándola como si fuera un criminal. Y como la Audiencia Nacional archivó esta causa tan absurda, esos «humanitarios» policías trasladaron el caso a la Justicia marroquí, que sí que lo admitió a trámite. Helena se enfrenta a la posibilidad de ser encarcelada por salvar vidas humanas. Manuel, Quique y Julio son tres bomberos sevillanos que estuvieron en Grecia salvando vidas. También pretenden encarcelarlos por «tráfico de personas». Mientras tanto, el Sr. Rodrigo Rato sigue disfrutando de un fastuoso tren de vida, después de que sus comparecencias judiciales solo hayan servido para burlarse de las familias a las que él y sus compinches han arruinado. Jóvenes que protestan en las redes sociales o que cantan canciones denunciando injusticias están siendo encarcelados. Una juez «secuestra» un libro en el que se denuncian las complicidades de altas instancias en el narcotráfico en Galicia. Mientras tanto, un locutor famoso sigue tan pancho, sin que nadie le moleste, después de proclamar en su programa radiofónico su intención de asesinar a otras personas si tiene una «lupara» a mano, y las redes sociales se llenan de amenazas de muerte proferidas por neonazis, y otros de esa tribu van por las calles dando palizas brutales a manifestantes indefensos, ¡y no pasa nada! Es desolador. Cualquiera diría que ha llegado el temido momento que vaticinó el filósofo griego Demócrito: «Todo está perdido cuando los buenos sirven de burla y los malos de ejemplo». Mi tristeza es infinita. Igual es también porque me afecta la muerte del gran Forges. De todos modos, estoy seguro que cuando repase algunas de sus geniales viñetas, me sentiré más motivado y dispuesto a no cejar en la lucha contra tanto despropósito. Y menos mal que podemos reírnos de cosas como la patochada esa de que a Joaquín Reyes estuvieran a punto de detenerle cuando hacia una parodia de Puigdemont.

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