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VERÓNICA PASCUAL ANGULO
Jueves, 28 de junio 2018, 22:26
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No hay necesidad de hablar de justicia allí donde no hay injusticia, ni de tolerancia allí donde hay respeto mutuo. Tampoco habría necesidad de hablar de inclusión de no ser por la necesidad de mejora y adaptación que existe. Pero, ¿es la inclusión la respuesta al problema?
El término «inclusión» nos define, lo queramos o no, ya que es el resultado de una concepción distintiva entre personas. Y si todas las personas somos iguales, seres humanos, ¿por qué no todos tenemos los mismos derechos? ¿Por qué nosotros mismos creamos desigualdades?
La sociedad debería plantearse si estamos evolucionando realmente entre todos o si lo que quieren es avanzar solo entre unos pocos. ¿O acaso nos gusta mirar con malos ojos el bien ajeno? ¿En qué nos estamos convirtiendo entonces?
La inclusión no solo consiste en adaptar aquello que no responde a las necesidades de cada uno, sino que hace referencia al modo en que se debe de dar respuesta a la diversidad con la que siempre hemos contado y de la que, a su vez, todos formamos parte.
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