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Cataluña y Podemos

PEPE GÓMEZ AMEZ

Jueves, 21 de septiembre 2017, 00:05

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Los efectos colaterales del referéndum de Cataluña, se celebre o no, no van a quedarse circunscritos a Cataluña sino que van a repercutir en la relación de fuerzas del resto del país. La dialéctica en marcha favorecerá a los partidos que aprovechen el profundo arraigo que tienen muchos ciudadanos de una España unida, principalmente el PP, y perjudicará todas aquellas posturas ambiguas y contradictorias que los partidos de izquierda predican.

Hay en política, y en la vida, asuntos que exigen respuestas sin medias tintas. El PSOE ha sido víctima de posiciones respecto a Cataluña que le han llevado al fracaso electoral allí y en el resto del país. Lo de Podemos está siendo peor. Sus opiniones sobre el referéndum abarcan desde el apoyo explícito al mismo hasta su rechazo. El abanico de posturas variopintas, indefinidas y absurdas, como la de animar a participar sin que sea vinculante, pasarán factura a este partido.

Soy de la opinión de que la operación del referéndum está diseñada para beneficio de las clases dirigentes de la política catalana como medio de perpetuarse en el poder. Con esta premisa resulta patético el harakiri de Podemos enlodándose en un asunto del que va a salir debilitado.

Nuestro país está inmerso en profundos problemas: salarios ridículos a nuestros hijos y nietos, sufriendo reformas laborales que desequilibran la relación del empresario y el trabajador a favor del primero, una deuda-país elevadísima, una corrupción sistémica que ha volatilizado miles de millones de euros, un paro del 20 % y juvenil del 40%, una desigualdad social que sonroja... En este contexto, ¿por qué se enfanga la izquierda en el torbellino nacionalista? ¿Por qué no se opone claramente al referéndum y da prioridad a los asuntos que verdaderamente importan? ¿Qué cálculos electorales hacen los líderes de Podemos?

Izquierda y nacionalismo en este momento histórico son dos conceptos excluyentes. En el contexto de Cataluña y la España actual hablar del derecho a decidir, de Cataluña sojuzgada, de que «Madrid nos roba», son meros eslóganes para unos ciudadanos que ven que la mayoría de los indicadores que dibujan el bienestar de una comunidad favorecen a Cataluña. Su independentismo no busca la libertad sino que se dirige hacia la independencia fiscal de Madrid; es decir, primero recaudo y luego ya veré cómo reparto.

Podemos ha sido bienvenido en el país, así lo dicen los resultados electorales, como reacción a una clase política corrupta y un bipartidismo complaciente. Tiene una tarea ingente por delante que exige claridad en las propuestas y en los objetivos. Sus poderosos enemigos pondrán en evidencia sus contradicciones. Quienes le dimos nuestro voto les exigimos que se aclaren y no se pierdan en asuntos que distraen a la gente de los verdaderos problemas. Los que vivimos intoxicados en lugares donde desde hace décadas sufrimos el partido único vemos con miedo como el referéndum de Cataluña favorece a la derecha dándole votos que no se ha ganado.

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