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La dentadura del caballo

BENITO COTERÓN BLANCO

Viernes, 5 de mayo 2017, 23:43

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Visto como se está ventilando en la prensa y en las redes sociales el tema del donativo de Amancio Ortega, debo asumir que esta carta me conllevará una retahíla de comentarios despectivos en los que lo más suave será «envidioso» o «cretino». Pero no quiero tener problemas de conciencia, y por eso, pese a lo dicho, escribo esto. Creo que el refrán de «A caballo regalado...» no puede considerarse dogma infalible, ya que ese caballo puede acarrearnos problemas si ha sido robado, por ejemplo. Analicemos la presunta «generosidad» de D. Amancio. 1) Inditex, con técnicas de «ingeniería fiscal», paga al Estado 600 millones menos de lo que le corresponde. Se me ocurre que con esa cantidad se podría dotar de muchos más medios la lucha contra el cáncer. Y también que, después de hacer su donativo de 320, a D. Amancio le queda un saldo a su favor de 280. Adivinen quiénes pagan eso. 2) Es innegable que una parte importante de la fortuna de D. Amancio se debe a los bajos costes de la producción, ya que está radicada sobre todo en la India y Bangladesh, donde se explota brutalmente a mujeres y niñas en régimen de semiesclavitud. Eso ya de por sí es una insoportable perversidad, y si hay gente que eso le da igual, debería plantearse que si se sigue consolidando ese modelo, acabará por llegar aquí, y veremos a nuestras hijas de nueve años trabajando 10 horas diarias en lugares insalubres. 3) Pablo Isla, mano derecha de D. Amancio en Inditex, dijo en una entrevista que no abrían fábricas en España «porque los españoles son unos vagos que no quieren trabajar». Aunque puedo aportar más razones, dejemos en estas 3 las que me hacen dudar de la «generosidad» del Sr. Ortega: 1) No es desinteresada: le supone beneficios millonarios; 2) ese dinero está contaminado de dolor y sufrimiento, y 3) me parece humillante recibir una dádiva de quien me desprecia llamándome «vago». Aún me queda algo de dignidad.

cartas@larioja.com

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