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RENCOR INCURABLE

TERI SÁENZ CHUCHERIAS Y QUINCALLA

Sábado, 24 de junio 2017, 23:44

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AAmancio Ortega había que criticarlo primero y buscar los argumentos después. La donación de 320 millones de euros a un sistema público de salud siempre al límite y sobre el que los recortes se habían ensañado sabe a gloria pero, sin embargo, a algunos parece que les agria. Lo curioso es lo variopinto de los reproches y su escasa solidez más allá del afán de embestir contra el empresario. Primero arrancaron con las dudas sobre la tributación de su emporio, luego con el recurrente ataque a los métodos de fabricación de Inditex, más tarde con la negativa de algunas asociaciones sanitarias a recurrir a fondos que no provengan de la Administración y hasta censurando que su altruismo sean migajas o sólo una estrategia de marketing. Un batiburrillo al que se ha sumado incluso el rumor de que el mismo entramado empresarial será el encargado de mantener los nuevos equipos con afán de enriquecerse aún más (sic). Lo abigarrado y endeble de las acusaciones en vista del procedimiento que ha seguido la donación -en función de las necesidades razonadas previamente por cada comunidad y a través de un concurso de adjudicación público y objetivo- lo único que destila es un rencor irracional hacia Ortega en particular y a su «casta» en general por parte de quienes les supera que alguien rico se salte estereotipos clasistas. Los mismos que, si por desgracia alguna vez precisan de los nuevos aceleradores lineales o el mamógrafo que llegarán a La Rioja, deberían objetar y exigir tratarse con los obsoletos equipos que sustituirán.

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