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Padres
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Padres guays

«Ser padre es uno de los oficios menos guays que conozco. Hay que ser tenaz, previsible y reiterativo... A diario hay que desempeñar tareas rutinarias, ingratas y aburridas pero inevitables para el buen desarrollo de nuestros hijos»

JULIO FERNÁNDEZ DÍEZ CATEDRÁTICO DE SECUNDARIA DE ORIENTACIÓN EDUCATIVA. PSICÓLOGO Y ESCRITOR

Viernes, 9 de junio 2017, 23:21

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Cine, televisión y publicidad suelen presentar a los padres como unos seres divertidos y complacientes entregados a la noble causa de programar emocionantes actividades para sus retoños. Una fiesta sorpresa, un viaje a un parque temático o un espectáculo deportivo podrían servir de ejemplo como ocupaciones cotidianas de estos padres y madres . Todos sabemos que la realidad suele ser otra: quitar pañales, ir al pediatra, horas interminables en el parque, enfadarse para que recojan la habitación y hagan los deberes...

Los disgustos familiares más graves de estos padres son la falta de tiempo para ver a su hija disfrazada de princesa en la representación fin de curso o al hijo marcar el gol decisivo en el partido más importante de la temporada. Nada de hipotecas, ni de estrecheces para llegar a fin de mes, el paro sencillamente no existe. En el colegio los problemas se reducen a pequeñas travesuras que a todos hacen mucha gracia: llevar a su mascota en la mochila o hacerse el enfermo para evitar un examen.

¿Qué hacen estos padres para resolver estos pequeños conflictos? Pues un breve y elocuente discurso que logra tocar la fibra sensible del hijo o la hija, un abrazo, risas y todo vuelve a ser paz y armonía. Y es que los hijos de estos padres , son todos responsables, hacen las cosas a la primera y sacan buenas notas. Nada de castigos, ni prohibiciones, ni malas caras. ¡Qué envidia!

No sé si influidos por estos edulcorados modelos o por los sabios consejos provenientes de los grupos de Whatsapp, pero el caso es que cada vez más padres demandan ayuda a profesores, psicólogos y orientadores, buscando una solución milagrosa para los problemas de los hijos. Algo parecido a lo de las películas: una intervención corta, un método mágico, una técnica recién descubierta (a ser posible en Estados Unidos, Japón o Finlandia) que reconduzca de una vez por todas y sobre todo sin esfuerzo ni enfrentamientos el comportamiento de sus hijos.

Me gustaría no ser un aguafiestas y sumarme a la fiesta con propuestas altamente creativas... pero mentiría. Ser padre es uno de los oficios menos que conozco. Hay que ser tenaz, previsible y reiterativo. Vaya. ¡Un auténtico pesado! A diario hay que desempeñar una serie de tareas rutinarias, bastante ingratas y normalmente aburridas pero inevitables para la buena marcha del desarrollo de la personalidad de nuestros hijos. Desafortunadamente, los padres suelen considerar estas tareas poco importantes y prefieren dirigir sus energías hacia actividades que consideran más novedosas: sesiones de 'mindfulness' para educar hijos emocionalmente inteligentes en lugar de obligarles a recoger la habitación, clases de un sofisticado método oriental para ejercitar el cálculo mental en lugar de repasar la lección o bucear en internet hasta encontrar pintorescos remedios neuropedagógicos para el bajo rendimiento escolar en lugar de controlar el uso del móvil, la televisión y los videojuegos.

En educación hay pocos secretos, las cosas que funcionan son la supervisión, el afecto, la exigencia, el diálogo, la responsabilidad y sobre todo el ejemplo. Una minuciosa investigación, del año 2014 auspiciada por el Consejo Escolar del Estado titulada ponía el dedo en la llaga. Las prácticas familiares más sencillas (comer juntos, supervisar las tareas, hablar habitualmente con los hijos, mantener el contacto con el colegio, tener expectativas realistas .) son las que mayor relación tienen con el éxito académico. ¿Curioso verdad?

Por si alguien no las recuerda, y para darles la importancia que merecen voy a enumerar esas actividades que a diario hacen los padres normales un día cualquiera de colegio. No son sofisticadas, ni creativas ni 'fashion' pero de verdad son las que funcionan: levantarse a tiempo, conseguir que se aseen ellos solos (en la medida de sus posibilidades), obligarles a que recojan su habitación, convencerles para que desayunen de forma saludable, supervisar la mochila para que no falte ningún material, conseguir que lean en lugar de pasar la tarde con la tele, el móvil o el ordenador, revisar la mochila por si hay notas del profesor, cumplir el horario de estudio, practicar algún deporte y, por supuesto, las normas básicas de convivencia: saludar, dar las gracias, tirar las cosas a la papelera, respetar a sus compañeros y a los adultos.

Por favor no traten de ser padres no ayudan a sus hijos.

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