Un bono más social

El ministro de Energía, Álvaro Nadal, informó ayer de las nuevas características del bono social de electricidad. Todos los beneficiarios tendrán limitado el consumo bonificado para evitar excesos, y en todo caso las familias numerosas seguirán disfrutando el bono social. El borrador perfecciona la regulación actual y crea una nueva categoría de consumidores vulnerables, con un descuento del 40% en la factura, formada por los hogares con rentas inferiores al 50% de los umbrales establecidos para los consumidores vulnerables. Además, se crea la categoría de consumidores en riesgo de exclusión social, que, por sus especiales circunstancias, estén siendo atendidos por los servicios sociales, a los que no se les podrá suspender el suministro. Como ahora, el derecho ordinario al bono social, con un descuento del 25%, seguirá dependiendo de la estructura familiar y del nivel de renta de cada unidad referido al IPREM. El nuevo modelo costará entre 230 y 235 millones de euros al año, frente a los 180-200 millones que cuesta ahora. La pobreza energética, ignorada hasta hace poco, es una forma perversa de exclusión que requiere este auxilio que en adelante será costeado por todas las comercializadoras eléctricas y no solo por las que desarrollan también actividades de generación y distribución como hasta ahora.