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CARAS, CARETAS Y CAROTAS

El 'brexit'

JULIO ARMAS

Sábado, 15 de abril 2017, 23:46

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Nada, que nos han dejado solos, como a los de Tudela. Los hijos de la Gran Bretaña se han abierto y han decidido que no quieren saber nada de nosotros, los pobres europeos. Una vez más, como cuando en el canal de la Mancha se rompió el cable de comunicación telefónica con Gran Bretaña, ellos dirán que el continente se ha quedado aislado.

A primeros de la semana pasada me parece que fue la fecha de la desconexión. Los británicos no quieren saber nada de los europeos. Bueno, todos los británicos no; los escoceses por ejemplo (que aunque les joda mucho son británicos porque viven en una isla que se llama Gran Bretaña) parece que lo que quieren es no ser británicos y ser europeamente independientes. Todo un lío que solo provoca divisiones porque, fíjense, por sus declaraciones Sean Connery, como escocés que es, quiere la independencia para Escocia, y Michel Caine, nacido en Londres, se declara a favor del 'brexit'. Así está la cosa, pero con un matiz. de los dos, Sean Connery es allí, por el Kafiristán, ¿se acuerdan?

No sé yo si esto de que se vayan los ingleses es bueno o es malo. En España hay un refrán que dice que «el que rompe se rompe» pero, en honor a la verdad, hemos de admitir que también hay otro que dice que «más vale estar solo que mal acompañado». Así que, ante este panorama, no es raro que haya millones de británicos que no sepan a qué carta quedarse.

Personalmente, a excepción de aquel matrimonio que me acogió en su casa en aquellos veranos de estudiante en Londres, los ingleses, fundamentalmente por su humor, me caen bastante bien. Un humor que junto con el genitivo sajón es la gran aportación de los ingleses al mundo de la cultura internacional. Y si esto que les digo del humor inglés les parece exagerado, miren, lean esta historia tan real como la vida misma: Cuando Georges Bernard Shaw estrenó su última obra de teatro, mandó un par de entradas a Winston Churchill con una nota que decía: «Le adjunto dos entradas para el estreno de mi última obra. Traiga a un amigo. si tiene alguno». Y sir Winston le contestó a vuelta de correo: "Lamentablemente no podré asistir al estreno de su obra, pero iré a la representación siguiente. si la hay». No me digan que no es una anécdota genial. Y es que, como decía mi maestro don Wenceslao Fernández Flórez, el humor es una posición ante la vida y de eso, de posiciones, los ingleses saben mucho.

Pero bueno, a lo que íbamos, les decía en el párrafo anterior que antes los ingleses me caían bastante bien, pues que sepan que ahora por abandonar en plena guerra el frente de combate (cosa esta bastante habitual en su historia) ya no me caen lo bien que me caían. ¡Váyanse!, váyanse, pero luego no vengan diciendo que no encuentran a nadie que hable gritando y arme el escándalo que nosotros armamos cuando estamos sentados en un restaurante ¡Ah!, y otra cosa, que se lo quería decir hace tiempo y no me atrevía porque éramos amigos, a nosotros eso de tomar el té a las cinco nos parece una chorrada. Primero, porque nosotros tomamos té mayormente cuando nos duele el estómago y, segundo, porque nosotros a las cinco todavía estamos en el segundo plato. A ver si se enteran de una puñetera vez. Y ya puestos. sepan ustedes también que ese 'porridge' de avena al que tanta importancia le dan, y con el que se desayunan todos los días haciendo mil aspavientos, son nuestras gachas de avena de toda la vida de Dios y que, por lo que a nosotros concierne pueden ustedes seguir desayunándoselas entre pan y pan si quieren.

Vaya, y no quiero seguir más. Si quieren irse. váyanse y disfruten de su verano inglés, que yo la última vez que estuve en Londres me lo perdí, porque me fui al baño. Aunque he de confesar que también he oído que el año pasado tuvieron un verano fabuloso. Parece que les cayó en fin de semana, ¿no?

Ya termino, y perdonen las molestias. No se yo si esto de que se vayan será bueno, pero hay un par de cosas que me tienen mosca. Una, que nuestro emperador Carlos decía: «Guerra con toda la tierra y paz con Inglaterra», y otra que a ustedes, por aquí, ya empezamos a echarles en falta. Hasta el domingo que viene, si Dios quiere, y ya saben, no tengan miedo.

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