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VENTANA A LA CALLE

El Plan Dastis

RICARDO ROMANOS

Domingo, 26 de febrero 2017, 23:48

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Señoras, caballeros, antes de empezar, o empezando porque doy comienzo, que quede claro: adoro a Dastis, Dastis es un genio de la diplomacia mundial. ¿Que quién es Dastis? Miren ustedes, vean, quédense con la copla: con don Alfonso María Dastis Quecedo como presidente del gobierno, España sería otro país, otro rollo soportable, otra maravilla, otra ilusión. Sin nacionalismos desintegradores ni destructores separatismos. Una balsa de aceite, se lo digo yo, caballero, señora. Dastis es mi ídolo. Es lamentable que derroche ingenio y conocimiento en su actual quehacer como ministro de Exteriores. Lo que nos estamos perdiendo. Y lo que se ha perdido la geopolítica española desde el nefando Tratado de Utrecht hasta hoy. Ay, don Alfonso por ahí, perdido dios sabe dónde, desaprovechado, desconocido, desnortado Menos mal que ya está aquí. Ahí, en su ministerio. Vamos a ver, señoras, caballeros, ¿han leído ustedes el 'Plan Dastis para Gibraltar'? Genial, fantástico. De aquí a nada Gibraltar volverá al regazo de la madre patria, se acabaron nuestros problemas, nuestras más perentorias preocupaciones. ¡Por fin! Una bomba de Plan. Verán, se llega al Peñón y se habla con los llanitos, los indígenas de allí. A las claras y con la cartera llena de abalorios y mucha pasta. Qué, que ahora con lo del 'brexit' no sabéis bien a qué carta quedaros, ¿eh? Pues aquí está Jauja. Y se les enseña la pasta, la oferta tentadora: En primer lugar os vamos a llenar este inmundo peñasco de infraestructuras integrándoos plenamente al Campo de Gibraltar y al resto de la patria (el enfoque integral es muy importante, señoras, caballeros) con una red viaria, ferroviaria y aérea del copón, enchufándoos, cómo no, a nuestra red eléctrica, a nuestro europeo recibo de la luz. Con esto vais a dejar de ser una miserable colonia de la pérfida Albión y el efecto multiplicador en vuestra industria, vuestro comercio y vuestros chanchullos va a ser de no creérselo. Ahí tenéis vuestro miserable aeropuerto, esa caca de 440.000 pasajeros al año. Lo integramos en nuestra red aeroportuaria, ampliado, redecorado, cosa bonita, y lo explotamos conjuntamente llenando este roquedal de turistas. A millones van a venir, y no esto que tenéis, tan pobretón, si aquí no viene nadie. El impulso económico va a ser inenarrable. Y luego os vertebramos, ¡un espejito para aquella señora y un paraguas para el caballero!, y os regalamos la cosoberanía con toda libertad, eso de los papeles: el que quiera ser inglés, pues inglés; la que quiera ser española, española; y el que anhele ser las dos cosas, pues las dos cosas a la vez, no hay problema. ¿Que queréis mantener vuestras instituciones de gobierno? Pues también, allá vosotros, y os concedemos además una autonomía integrada en nuestro sistema autonómico totalmente constitucional con un régimen fiscal tan gratuito que vais a flipar: absolutamente compatible con el ordenamiento comunitario, eso sí. Y trilingüe. Y como obsequio de la casa os quitamos la verja. Cosoberanía, ¿pilláis, pillines?: Schengen, claro, ese momio. Libre circulación, se terminó el problema del contrabando, todo legal de aquí para allá, sin polis ni beneméritos, unidos aduaneramente. Y, esto es muy importante, redundando en una menor presencia y actuación de la delincuencia organizada que cualquier tráfico ilícito lleva aparejada, porque hay parejas que hay que ver. ¿Ejército? Nos juntamos los ingleses, vosotros y nosotros, diseñamos unos uniformes estilosos y nos lo montamos cosoberanamente. ¿Embajadas gibraltareñas en el resto del mundo? Pues también: una para ti y otra para mi y nosotros pagamos el alquiler. ¿Alguien da más?...

Señoras, caballeros, una joya el Dastis. Miren cómo ha visto el percal don Arturito Mas y con qué elegancia ha recogido el guante: «Existe una tercera vía entre la independencia y el inmovilismo y corresponde al Estado plantearla». Vamos, que el Mas se ha quedado con lo de Gibraltar, se lo digo yo. ¡Ni por cinco ni por cuatro ni por tres ni por dos: el Plan Dastis! ¡Guau, vaya plan! Y vale para todos. Aquí en La Rioja mismamente habría que ver cómo nos iban a quedar por cuatro perras el airport, la 232, la plaza 1º de Mayo en Logroño y esa vergonzante y viejuna casquería urbana calagurritana. ¡Dastis for President y no se hable más!

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