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RIESGO DE FUGA

MANUEL ALCÁNTARA

Miércoles, 22 de febrero 2017, 22:30

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La primera obligación moral de cualquier preso, incluso de los más inmorales, es escaparse de la cárcel. Ningún ser humano está hecho para que le corten las alas, aunque sus vuelos sean rasantes. Ahora los jefes de 'Gürtel', condenados a trece años entre rejas, viendo la libertad a la parrilla, que dijo Ramón Gómez de la Serna, que es el Ramón de la dispersa alma nuestra, han ingresado con todos los deshonores, en la cárcel valenciana de Picassent porque se sospecha que su aspiración suprema era largarse de ella. Nuestro Cervantes dijo que en las prisiones toda incomodidad tiene su asiento, pero hay algunas donde los condenados no tienen dónde sentarse. Los ilustres delincuentes Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez, más conocido por 'el Bigotes', han sido condenados por amañar contratos. Más exacto sería decir que por no hacerlos con la suficiente maña. En todo hay clases y no todo el mundo puede ser Rodrigo Rato, que estuvo a punto de ser el señor presidente de todos los españoles.

Ninguna persona de buen corazón, que somos todas las que no lo tenemos demasiado malo, podemos alegrarnos de los ajenos males, pero sí nos complace no encontrarnos por la calles a nuestros saqueadores. Hay que tener en cuenta que la primera sentencia contra la trama corrupta vinculada al PP todavía no es firme y hay un recurso al Tribunal Supremo que ya anuncian algunos acusados. No hay que descartar que llegue el momento en el que en vez de pedir castigos haya que pedir disculpas. Los jueces son personas, aunque la justicia les dé linaje divino. El Congreso está dispuesto a investigar el 'caso Bankia' y cuando acabe, seguir investigando la crisis bancaria. Larga tarea. Lo que parece más corto es el trayecto del Banco de España al banquillo de los acusados. Van a salir muchas cosas opacas, como el rescate de las cajas de ahorro. En tiempos eran del Monte de Piedad. Luego olvidaron la piedad y tiraron al monte.

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