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La ruleta de la salud
DICHO SEA DE PASO

La ruleta de la salud

«A mi madre nunca la había visto un ginecólogo pero no tuvo inconveniente en incorporarse a las revisiones de esa especialidad a las que anualmente le convocaba el Servicio Andaluz de Salud»

PIEDAD VALVERDE

Martes, 13 de diciembre 2016, 11:00

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Mi hermana Carmen nació en 1975, es la última que llegó a casa o como solía decir mi madre «el cabico tripa». Fue en diciembre, eso seguro, pero no se sabe con exactitud la fecha. Resulta que hay algo de confusión porque en la partida de bautismo reza que vino al mundo el día 3, en la del juzgado el 5 y mi madre aseguraba que rompió aguas en Santa Bárbara, que es el 4. Carmen se enteró de este baile de cifras cuando fue a pedir los papeles para casarse. Al principió se enfadó y nos reprochaba que no le prestáramos atención ni siquiera el día de su nacimiento. Pero el disgusto le duró poco y al final ha solucionado, con mucha imaginación, este no-cumpleaños. No se le ha ocurrido otra cosa que celebrarlo durante tres días como si fuera una boda gitana. Esto les divierte mucho a los compañeros del supermercado en el que trabaja, que por estas fechas le preguntan:

-Carmen ¿cuándo es tu cumpleaños?

-Hoy.

-¿Hasta cuándo?

-Hasta pasado mañana.

Y lo mismo hacemos en el grupo de Whatsapp familiar, la estamos felicitando del 2 al 5 de diciembre, que seguro que acertamos.

La verdad es que esa situación tercermundista nos podía haber ocurrido a cualquiera de los hermanos. Mi madre no le daba mucha importancia a este asunto, creía que era un mal menor, teniendo en cuenta que dio a luz cinco veces en casa sin condiciones sanitarias.

Además ella pensaba que por suerte ninguna de sus hijas íbamos a pasar por semejante trance porque ahora se nace en los hospitales y desde el primer mes se hace un seguimiento con ecografías y analíticas y no hay errores de este tipo. A mi madre nunca la había visto un ginecólogo pero no tuvo inconveniente en incorporarse a las revisiones de esa especialidad a las que anualmente le convocaba el Servicio Andaluz de Salud. Le parecía perfecto que le mandaran una carta y que fuera casi obligatorio ir a este servicio para detectar enfermedades. Yo también cuando vivía en Andalucía recibía anualmente esa citación y acudía convencida de que era necesario para mi bienestar.

Pero hace mucho tiempo que esta práctica ha desaparecido de la sanidad pública en toda España. Resulta que según el protocolo ya no es recomendable hacerse estos estudios anualmente. Ahora se aconseja hacerlo cada tres años, eso sí, siempre que no se tenga algún síntoma o problema.

Incluso he leído que tanta revisión puede ser hasta perjudicial y que ahora es necesario educar a las mujeres para que no se obsesionen con hacerse un reconocimiento anual y dejen de pedir cita en el médico de cabecera.

Así que no sé a qué atenerme; si esto lo afirman los responsables sanitarios yo acato el protocolo y lo que haga falta. Pero me surge una duda: ¿Por qué en las clínicas privadas siguen recomendado la revisión anual?

En cualquier caso para las listas de espera ha sido una medida que viene como anillo al dedo, esperemos que esto no tenga nada que ver con la política de recortes sanitarios porque sería muy triste. Y añado que la mayoría de mis amigas van a una consulta privada porque dicen que no quieren jugar a la ruleta con el cáncer de mama o de útero. Pero, eso sí, ninguna es médica, son sólo mujeres que piensan (equivocadamente o no) que no puede ser malo que un ginecólogo te vea una vez al año.

Lo mismo que lo de mi hermana Carmen y su cumpleaños, que si la felicitamos tres días alguno acertaremos. Porque, dicho sea de paso, si tenemos alguna enfermedad grave quizá tres años sea demasiado tiempo para poder acertar.

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