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Los abdominales de Rajoy

El presidente del Gobierno debe trabajar a fondo si quiere tener suficiente cintura política para acordar con la oposición

MARGARITA SÁENZ-DIEZ

Domingo, 27 de noviembre 2016, 00:22

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Mariano Rajoy mueve a buen ritmo sus piernas por la Ruta da Pedra e da Agua, cercana a Sanxenxo. Un camino precioso. Incluso adelanta a su amigo, el marido senderista de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, cuando las cámaras persiguen al presidente del Gobierno. Pero tiene una gran asignatura pendiente. Ha de trabajar a fondo los abdominales si quiere conseguir la cintura política que se exige para alcanzar acuerdos con la oposición. Casi cinco años sin practicar el gesto del pacto, sin reforzar la musculatura, rellena la barriguilla y anquilosa los músculos extensores y aductores del brazo.

La mayoría absoluta, que tanto satisface a quien la disfruta, acaba formando michelines. Es inevitable. Aparecen sin que uno se dé cuenta, mientras se buscan argumentos para disculparlos. El Gobierno de Rajoy batió el récord de legislar por decreto ley. Setenta y tres veces en total. Unas normas surgidas además de la siguiente entelequia: el disfrute del poder ganado con los votos de los ciudadanos garantiza el acierto.

Pero ahora, sin mayoría absoluta, urge que don Mariano alterne los ejercicios de pectorales y abdominales con sentadillas y un minuto de salto con la comba. Si ya estuviera bien entrenado, no habría intentado forzar el brazo de toda la oposición para encajar al exministro del Interior Jorge Fernández Díaz en la presidencia de la Comisión de Exteriores del Congreso después de haber sido reprobado hace unas pocas semanas.

Si el Gobierno bipartito de Mariano Rajoy/Soraya Sáenz de Santamaría se propone conseguir un pacto nacional por la educación, como se ha anunciado, ¿qué se consigue dando la espalda a una proposición socialista, apoyada por todos los demás, para frenar la el calendario de implantación de la Ley Wert de Educación?

En el pasado reciente, el grupo parlamentario del Partido Popular no se batió el cobre para alcanzar acuerdos. Disponían del rodillo parlamentario y lo utilizaron sin complejos. Aprobaron la ley de educación con toda la comunidad educativa en contra. Llevaron adelante la 'ley mordaza', que considera acciones graves grabar y hacer uso de imágenes de la Policía sin autorización o impedir un desahucio, y legaliza además las 'devoluciones en caliente'. Estas permiten, por ejemplo, retornar desde territorio español a inmigrantes que saltan las vallas de Ceuta y Melilla.

Y por último: para abordar con soltura el contencioso catalán, menos práctica del juego de pelota. Como el frontón de hormigón parece ciego, sordo y mudo, mejor será intensificar las sesiones de pilates. Ese método de entrenamiento físico y mental que consigue estirar los músculos y relajar ideas preconcebidas. Dicen que, incluso, mejora la función sexual. Pero éste no es ahora el problema.

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