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MATEO BALÍN
Viernes, 20 de abril 2018, 00:18
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madrid. Kenneth Paulette lleva 16 años residiendo en Alsasua y juega en el equipo de fútbol del pueblo. Era amigo de María José, novia del teniente de la Guardia Civil agredido, también de su hermano y, además, compartía vestuario en el club con dos de los procesados por delitos de lesiones terroristas en la Audiencia Nacional, Jon Ander Cob y Julen Goicoechea.
De origen ecuatoriano como María José, la declaración de Paulette de ayer fue propuesta por la defensa del principal acusado en el juicio contra los ocho juzgados por las agresiones a dos guardias civiles y sus parejas en la madrugada del 15 de octubre de 2016 en el bar Koxka. Se trata de Ohian Arnanz, en prisión preventiva por estos hechos desde hace más de 500 días.
A preguntas del abogado de María José, el testigo, uno de los siete que compareció ayer en el juicio, reconoció que se ha sentido algo forzado después de que los padres de Ohian le pidieran testificar. «Me han insistido en que viniera a declarar. No estoy preocupado ni tengo miedo, pero me he sentido un poco presionado por mi forma de ser», admitió Kenneth ante el tribunal.
Paulette afirmó que hace un año y medio que no tiene contacto con la novia del teniente, pero que el día después de las agresiones le mandó varios mensajes de móvil: «He intentado separar y que no te hicieran daño, pero no lo conseguí. Cuando salí a la calle tu novio ya estaba allí», recordó. Poco después habló con el hermano de la víctima: «Me preguntó si había visto (la agresión) y le di mi punto de vista», que era que pensó «que sí, que fueron a por ellos (por ser guardias civiles)».
Sobre las agresiones, Paulette detalló que dentro del bar no vio el origen del ataque. Dijo que solo trató de proteger a María José cuando empezaron los puñetazos y que se llevó al acusado Ohian Arnanz al otro lado del bar. «Estábamos en actitud de fiesta, habíamos bebido y estaba oscuro», aseguró el testigo, que reconoció la paliza en contra de la versión de otros comparecientes ayer.
Una vez fuera del bar, Paulette describió que vio al teniente en el suelo y se interpuso entre la gente, por un lado, y el guardia civil y su amiga, por otro. «Ella quería proteger al teniente y yo la protegí a ella». Sin embargo, insistió en que no vio a los agresores porque había gente encapuchada y con la cara tapada. «Pasaba gente corriendo, le propinaba un golpe y se iban», describió.
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