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P. DE LAS HERAS
Sábado, 19 de mayo 2018, 00:41
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Madrid. «¡Es el Le Pen de la política española!». Pedro Sánchez equiparó ayer, sin matiz alguno, al nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra, con la líder de la xenófoba extrema derecha del Frente Nacional Francés y prometió hacer frente a sus políticas y a sus postulados.
La analogía del secretario general del PSOE -durante una rueda de prensa conjunta con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara en Mérida- no es casual. En el primer partido de la oposición sostienen que la elección de Torra perjudica a la causa independentista y ayuda a enjuagar las simpatías que podía haber cosechado en la Unión Europea con el discurso de «no nos dejan votar», porque sus planteamientos se asemejan mucho a los de partidos ultranacionalistas y antieuropeístas que ha emergido en otros países. Así que el líder de la oposición hará todo lo posible por resaltarlo.
Los socialistas, de hecho, remitieron el jueves una carta al Partido de los Socialistas Europeos y al Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo en la que explican la designación de Torra como casi fiduciario de Carles Puigdemont, expresan su preocupación por su pensamiento político, plasmado en artículos de los que recogen algunos pasajes, y explican la posición del PSOE. «Respetamos al nuevo presidente y al Gobierno que constituirá en las próximas semanas -dicen- pero seguiremos haciendo frente a las posiciones del secesionismo, algunas de ellas especialmente indignantes como las relacionadas con el supremacismo».
Sánchez argumentó ayer que Torra tiene aún la oportunidad de demostrar que realmente está dispuesto a dialogar y reiteró que su formación lo llamará a comparecer en la comisión para la evaluación del modelo territorial en el Congreso para que pueda exponer su visión. Pero también insistió en que el PSOE «garantizará» los derechos y libertades de todos los catalanes «en el momento en que sean mínimamente cuestionados por parte de un presidente de la Generalitat que representa todo lo contrario a los valores constitucionales y europeos».
El líder de los socialistas reiteró de paso su intención de registrar ante el Parlamento una reforma del Código Penal que permita modificar el delito de rebelión y ajustarlo a la subversión del orden constitucional aunque no conlleve violencia expresa y otra que obligue a los cargos a acatar la Constitución y respetar la Corona en sus tomas de poesión.
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