Puigdemont pide que no se «magnifiquen» los pitos a Felipe VI y al Gobierno

La concentración discurrió por el kilómetro y medio que separa a los Jardines de Gracia de la plaza de Cataluña, desde la que arrancó la furgoneta que protagonizó el atropello masivo, entre pancartas unitarias que pedían la paz y condenaban el terrorismo y carteles acusaciones al Gobierno y al Rey de complicidad con la venta de armas y otros Estados afines a la violencia.

«La libertad de expresión por encima de todo», subrayó Puigdemont, que remarcó que, pese a las «sanas discrepancias en democracia», la coordinación entre las Administraciones frente a los atentados es digna de elogio. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, trató también de quitar hierro a la bronca política e insistió en que en una manifestación tan grande «hay libertad de expresión y mucha gente sale con sus símbolos y con cuestiones complementarias».

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, consideró también que los pitos y abucheos que son parte de la «libertad de expresión» de los ciudadanos aunque no comparte que reciban insultos. Atribuyó el clima vivido durante la manifestación a las «barbaridades» que a su juicio se han dicho «en editoriales y en la derecha mediatica» tras los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils. «La gente ha sacado sus banderas, es una cosa bella», sentenció.

Según el líder de la formación morada, la pregunta es si el Rey y el PP son muy queridos o no en Cataluña: «Quizá menos de lo que ellos querrían». Iglesias insistió en que el Estado debe romper relaciones económicas y políticas con países que, como Arabia Saudí, «han construido el mantra ideológico del que se alimentan los terroristas».

Gran parte de los manifestantes que silbaban y abucheaban provenían de una concentración previa convocada por la CUP y otras plataformas soberanistas, que rodearon el sector donde se concentraron los representantes políticos para lanzar sus protestas. El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, afeó que estos sectores quisieron empañar una manifestación de homenaje a las víctimas. El dirigente liberal señaló que «hay gente maleducada y con poco respeto que, afortunadamente, no representan a la mayoría» de los barceloneses y de los catalanes.