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D. VALERA / L. PALACIOS
Viernes, 6 de octubre 2017, 00:53
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madrid. Las empresas catalanas empiezan a mover ficha ante la situación de incertidumbre que se vive en Cataluña, con la posibilidad de que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, proclame la independencia de forma unilateral este próximo lunes. De hecho, el temor a la inseguridad jurídica que pueda derivarse de esta medida, unida a la preocupación que genera en muchos clientes la situación de inestabilidad por este proceso, ha provocado que algunas compañías den el paso de trasladar su sede social a otras comunidades autónomas para calmar también a los mercados. Una estrategia que, de momento, ha sido premiada por los inversores.
La compañía biotecnológica Oryzon fue la primera en anunciar el lunes que cambiaba su sede social de Barcelona a Madrid. Un anuncio que ha llevado a la compañía a una revalorización del 14,3% en dos días. La buena acogida en Bolsa de esta decisión fue el pistoletazo de salida para que otras sociedades hayan decidido en las últimas horas trasladar el domicilio social a otras comunidades. Sin duda, la mayor repercusión se vivió en el mundo financiero con la aprobación ayer del Banco Sabadell del cambio de su sede a Alicante y la inminente marcha de CaixaBank fuera de Cataluña -celebra hoy un consejo para tal fin-.
Pero más allá de esos buques insignias catalanes, otras compañías también aprobaron ayer ese cambio. Así, la operadora de telecomunicaciones Eurona decidió llevar su sede social de Cornellà de Llobregat a la localidad madrileña de Rivas-Vaciamadrid. Este anuncio también tuvo una recompensa por parte de los inversores, ya que las acciones de la compañía aumentaron un 7,24% en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). También la empresa Proclinic Expert decidió ayer trasladar su sede de Hospitalet a Zaragoza, ciudad donde ya tiene un importante centro logístico y que a partir de ahora también albergará la sede social de esta empresa de productos odontológicos.
La mayor parte de estas decisiones obedecen a la necesidad de las empresas de lanzar un mensaje de tranquilidad a unos clientes inquietos por el devenir de sus inversiones o patrimonios. En este sentido, la aseguradora Catalana Occidente -con una facturación de 2.300 millones en el primer semestre y 7.000 empleados- no descartó ayer un cambio en su sede al afirmar en un comunicado que tomarán «todas las medidas necesarias para garantizar que su actividad pueda desarrollarse con normalidad, en un marco estable y en un entorno de seguridad jurídica y económica».
Esta ristra de empresas que ya han anunciado su cambio de domicilio contrasta con las palabras optimistas del vicepresidente de la Generalitat y consejero de Economía, Oriol Junqueras, que ayer rechazó consecuencias económicas por la deriva independentista. «No va a haber una huida de empresas de Cataluña», señaló. Una afirmación que no parece haber convencido a algunas de las principales compañías afincadas en la comunidad.
En cualquier caso, la evolución de los acontecimientos será clave para saber si otras grandes empresas catalanas o multinacionales con importante presencia allí, anuncian medidas. Compañías como Abertis, Gas Natural, Seat o Grifols reconocen seguir muy de cerca el desarrollo de la crisis institucional, legal e incluso social que vive Cataluña, pero al mismo tiempo resaltan el importante arraigo en la región para sortear la delicada situación y descartan, por el momento, estudiar un cambio de sedes u otros planes de contingencia.
«Nuestro negocio es distinto al financiero», admiten desde Abertis, una de las principales concesionarias de autopistas, para justificar la ausencia de ningún plan de actuación a corto plazo pese al delicado escenario político. La multinacional, que cuenta con una plantilla de 15.000 trabajadores, tiene su sede social en Barcelona, pero de momento no contempla ningún cambio. Este argumento es repetido por la mayoría de las compañías consultadas. Y es que la vulnerabilidad frente a los clientes que puedan tener empresas como Abertis, Gas Natural o Seat, es inferior a la exposición de los bancos. «Los conductores van a tener que seguir pasando por las autopistas», explican desde Abertis para evidenciar la diferencia con los bancos a la hora de afrontar la situación de incertidumbre.
Algo similar recuerdan desde Gas Natural. La compañía que preside Isidre Fainé afirma que no se plantea ningún cambio por la situación de Cataluña. Asimismo, destacan que su negocio -facturó 23.184 millones en 2016- se encuentra muy internacionalizado y, por tanto, lo que ocurra en la comunidad autónoma no debe repercutir en la situación de la empresa. También en Seat, que tiene tres líneas de producción en la planta de Martorell y emplea a 14.000 personas, resaltaron la importante implantación en la región para no tomar medidas a la espera de lo que ocurra las próximas semanas.
«La compañía no hace ningún tipo de valoración sobre coyuntura política». De esta manera fuentes de Grifols, la compañía farmacéutica catalana con una facturación de 4.050 millones en 2016, rechazaron pronunciarse sobre el conflicto. Sin embargo, esta empresa puntera ya ha realizado movimientos estratégicos en el pasado. Así, aunque la sociedad mantiene su sede social en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), ya trasladó hace un par de años trasladó a Dublín su centro financiero y de operaciones.
Asimismo, la compañía decidió el año pasado ubicar en Fráncfort la sede central comercial para Europa de la división Bioscience, la que aglutina su negocio principal, los medicamentos biológicos derivados del plasma, por ser Alemania su principal mercado europeo en materia de hemoderivados, aunque mantiene en Barcelona los servicios comerciales de esta división que operan en España.
Así, pese a que su expresidente y consejero delegado Víctor Grifols mostró su apoyo al proceso independentista en más de una ocasión, en los últimos meses a la compañía le han llovido las críticas de los catalanoparlantes, en concreto la asociación la Plataforma per la Llengua, por no incluir el idioma catalán en su página web, que ofrece la información en dos idiomas: inglés o español.
Por su parte, la empresa de distribución alemana Lidl tiene su sede central para España en la localidad de Montcada i Reixac (Barcelona). Fuentes de la compañía aseguraron que no se plantean ningún cambio en caso de una hipotética independencia de Cataluña y no lo harán en tanto no se modifique el actual ordenamiento jurídico. Si eso se produjera afirman que tomarían las «medidas necesarias para garantizar el desarrollo de nuestro negocio en Cataluña y España, respetando el marco legal que quede establecido», advirtieron desde la empresa.
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