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Destituidos otros dos altos cargos de la Generalitat

El Gobierno despide a la directora de Relaciones Exteriores y al director de la Escuela de Administración Pública

CRISTIAN REINO

BARCELONA.

Sábado, 21 de abril 2018, 00:54

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La directora general de Relaciones Exteriores de la Generalitat, Marina Borrell, y el director de la Escuela de la Administración Pública de Cataluña, Agustí Colomines, se unieron ayer a la larga lista de más de 260 altos cargos del Ejecutivo catalán destituidos en los últimos cuatro meses en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

El despido de Borrell está relacionado con la participación de Lluís Puig, exconsejero de Cultura huido en Bruselas, en un acto celebrado en la Delegación de la Generalitat en Bruselas. A finales de enero, el Gobierno central prohibió la entrada de Puigdemont y sus exconsejeros en la 'embajada catalana' en Bruselas para reunirse con el presidente del Parlamento, Roger Torrent. «No se puede permitir que prófugos de la justicia utilicen un local público», apuntaron. El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, calificó el jueves de «incidente desagradable» la intervención de Puig en el acto, una presencia que le ha costado el cargo a Borrell, el más alto cargo de la Consejería de Exteriores.

En cuanto a Colomines, que fue responsable de la fundación de Convergència que está en el ojo del huracán por el 3% y el 'caso Palau', el delegado del Gobierno, Enric Millo, justificó su destitución porque «todo este tiempo ha mantenido un comportamiento y una falta de respeto a la Constitución, a las personas y a las instituciones que no son dignas de un alto cargo de la Generalitat». El delegado gubernamental se refirió a uno de los últimos artículos firmados por Colomines, en los que calificó la situación en Cataluña como una «guerra».

El exconvergente señaló que como el Gobierno no ha podido con la «caza mayor» (Puigdemont), ahora va a por la «caza menor» (él y Borrell). El Ejecutivo central tiene como objetivo «destruir la administración catalana», dijo. «Nos manda la metrópoli», remató.

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