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PNV y Bildu quieren diferenciar entre ciudadanía y nacionalidad vasca

Aprueban en solitario el preámbulo de la futura norma y presentan un borrador para el título preliminar que el resto de partidos cree «racista»

OCTAVIO IGEA

Jueves, 24 de mayo 2018, 00:27

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vitoria. Cuanto más avanza el debate abierto en el Parlamento vasco para intentar reformar el Estatuto, mayores son las reminiscencias del 'plan Ibarretxe'. Es la sensación que empieza a extenderse en la Cámara de Vitoria, que ayer volvió a sumergirse en la polémica a cuenta de la ponencia de Autogobierno. Nuevo encontronazo por una cuestión que ya generó roces antaño: la posibilidad de otorgar oficialmente la nacionalidad vasca y el establecimiento de requisitos para obtenerla.

Después de que PNV y EH Bildu aprobaran ayer en solitario -y sin que se produjera una votación oficial- el preámbulo de la nueva norma autonómica entre las críticas del resto de fuerzas por el sesgo «soberanista» del documento y su apuesta por «desbordar» la Constitución, llegó el turno de abrir el debate sobre el siguiente capítulo del futuro estatuto, el título preliminar. Y la ponencia de Autogobierno volvió a levantar ampollas. Podemos, PSE y PP se quejaron en público y en privado del tono «racista» del plan presentado por los partidos nacionalistas, que abogan por diferenciar entre «ciudadanía y nacionalidad» vasca y fijar por ley cómo obtener la segunda.

Los matices de la propuesta, que ya fue uno de los puntos 'estrella' del 'plan Ibarretxe', forman ahora parte del borrador del título preliminar presentado ayer en el Parlamento por la portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte. En teoría el documento es una síntesis de las sugerencias de todos los grupos para el desarrollo del preámbulo y la definición de las principales señas de identidad del País Vasco, aunque el líder del PNV en el Legislativo, Joseba Egibar, se apresuró tras la reunión de la ponencia a atribuirse la «maternidad y paternidad» de la propuesta.

Además de, entre otros asuntos, señalar de nuevo a «Euskal Herria» como sujeto político, fijar la capital de la comunidad autónoma en Vitoria, recalcar la simbología vasca y las lenguas oficiales (el euskera y el castellano), el borrador del título preliminar dedica un farragoso epígrafe a diferenciar entre ciudadanía y nacionalidad vasca y a fijar su alcance. De este modo, el texto señala que serán ciudadanos vascos «las personas que vivan en el sujeto político con independencia de cuál sea su procedencia o nacionalidad» ya que el nuevo Estatuto «anudará la ciudadanía vasca con la vecindad administrativa en alguno de los municipios» del territorio. «Quien viva y trabaje en Euskal Herria será ciudadano vasco», resumió durante su comparecencia Maddalen Iriarte. El reconocimiento permitirá «el acceso a los servicios públicos».

A renglón seguido, el borrador del título preliminar matiza que se reconocerá la nacionalidad vasca «a la ciudadanía vasca en los términos regulados por Ley», una nueva norma que debería aprobar el Parlamento. Para ello se debería tener en cuenta «el carácter plurinacional del Estado español» y «el nuevo modelo de relación» que el Estatuto quiere fijar entre la «nación» vasca y España. Consultada al respecto de todas estas precisiones, la portavoz de EH Bildu se escudó en que la ponencia de Autogobierno desarrolla sus deliberaciones en secreto para no aportar más datos. «Son términos a discutir» pero «nunca se discriminará a nadie», aseguró.

Sin control del Estado

El debate sobre nacionalidad y ciudadanía, al que PSE y PP encuentran similitudes con el abierto a cuenta del 'plan Ibarretxe' hace quince años, también fue criticado ayer por el portavoz de Podemos, Lander Martínez. Tildó como «inaceptable cualquier diferenciación». «Se categoriza a la sociedad y se quiere dar privilegios por tener una nacionalidad», lamentó el socialista José Antonio Pastor. «Se persiste en separar, se está haciendo una constitución vasca de nacionalistas para nacionalistas», dijo el popular Borja Sémper tras advertir de que el rumbo de la ponencia de Autogobierno «rompe la transversalidad, se conforma con un pacto entre PNV y Bildu y rechaza el entendimiento entre diferentes».

Y es que la discrepancia entre partidos no se queda en concepción nacional de Euskadi, el derecho a decidir, el vínculo con España y las alusiones a la nacionalidad vasca. El borrador del título preliminar también pretende poner coto a la tutela del Estado sobre la autonomía vasca y, sin nombrarlo, a una hipotética aplicación del artículo 155 de la Constitución. Al prever una nueva relación «bilateral» y «de igual a igual» con España, reclama un modo para resolver conflictos competenciales «diametralmente opuesto» al actual, lo que anularía la efectividad del Tribunal Constitucional. Sin precisarlo, se apela a «eliminar mecanismos de suspensión unilateral de normas e intervención de la autonomía».

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