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ATLAS ESPAÑA
Viernes, 16 de marzo 2018, 22:05
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Los micrófonos colocados por la Guardia Civil aportan otros demoledores detalles de los instantes previos a ser detenida. Quienes han escuchado la grabación de Ana Julia Quezada no pueden creer que destilara tanto odio y sadismo. Los agentes de la UCO se quedaron petrificados cuando la escucharon hablando sola dentro de su coche con el cuerpo de Gabriel Cruz en el maletero recién desenterrado; reconociendo lo que había hecho y planificado con tanto cuidado. Ahora tenía que alterar los planes y llevarlo a un invernadero gritaba. Ana Julia maldecía con rabia. "Vertiendo expresiones vejatorias que revelan una falta de sentimientos y humanidad", dice el auto. Tan graves fueron los insultos que el juez quiso que Ana Julia los escuchara en la sala del juzgado. Pura crueldad reconoció la asesina confesa. Un plan "macabro", dijo el juez en el auto. "Mediante engaño o promesa lo trasladó a un lugar apartado y aislado para poder llevar a cabo su macabro plan criminal", puntualiza. Tan preparado estaba que ya había preparado el enterramiento. "Le asfixió con sus propias manos hasta provocar su muerte para luego trasladarlo hasta el jardín donde previamente había cavado un hoyo con una pala", se apunta. Después se puso a pintar para que asegurar su coartada. "Las abrumadoras pruebas existentes y la malvada voluntad dirigida a asegurar la comisión del crimen" justifican la acusación de asesinato con alevosía.-Redacción-
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