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Rajoy llega el pasado viernes al Congreso para votar la moción de censura que le desalojaría de la Moncloa. :: óscar del pozo / afp
El PP acude escéptico a la cita en la que Rajoy debería abordar su futuro

El PP acude escéptico a la cita en la que Rajoy debería abordar su futuro

En el partido quieren que sea «claro» ante el Comité Ejecutivo y que continúe para pilotar la transición en los próximos meses

NURIA VEGA

MADRID.

Martes, 5 de junio 2018, 00:28

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Pasados los primeros de días de conmoción tras la derrota, la plana mayor del PP acude hoy a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional en la sede de la calle Génova expectante y ansiosa de respuestas. La de este martes a las doce del mediodía será la primera intervención de Mariano Rajoy fuera de la Moncloa. Nadie en absoluto contempla que el presidente se descuelgue con una dimisión inmediata que deje al partido abierto en canal. Pero las fuentes consultadas, pese a su escepticismo reconocido, prefieren que su jefe de filas sea «claro» sobre sus pretensiones y no condene a la formación a vivir en un «limbo» los próximos meses.

«O ejerce la oposición o pilota la transición hasta un congreso extraordinario; y en este último caso, sería deseable que establezca un horizonte temporal», apunta un parlamentario del PP. En las organizaciones territoriales ha calado la idea de que lo «razonable» es que Rajoy se mantenga al frente de sus responsabilidades en el partido para hacer posible un relevo «tranquilo y ordenado». La mayor parte de las voces que se pronuncian al respecto se muestran proclives a que la cita para la renovación del liderazgo, la dirección y el proyecto se produzca tras el verano. Septiembre u octubre. En todo caso, con tiempo suficiente para ir a las elecciones municipales y autonómicas de 2019 en mejores condiciones.

Sí dan por sentadas dos cosas. La primera, que es difícil que el presidente sea hoy tan explícito como desean. «Nos dará pistas», se inclinan en un territorio. «Algo habrá en el discurso que nos indique el camino que va a tomar», coinciden fuentes del PP en la Cámara baja. «No va a decir nada -rebaja expectativas otro representante conservador-, sería una sorpresa». Y la segunda, que no es sostenible la tesis -que también circula- de que Rajoy seguirá «in aeternum». «Él no va a hacer oposición a Sánchez en el Congreso», aventura un cargo popular. «Más bien, no debería», añade un dirigente territorial. «Pues yo no le doy por muerto», apunta otro.

Él, como González

Esta última idea se maneja desde el viernes en las altas esferas del PP, donde se va sembrando el terreno para que Rajoy se quede con su escaño, haga de él un mayor o menor uso. «Felipe González no se fue, al menos en una temporada», argumentan fuentes del partido. «Yo creo que seguirá», sostienen. «Así conservaría su aforamiento», dejan caer otras voces, no de la cúpula, sin prejuzgar que pueda verse afectado por la instrucción de los 'papeles de Bárcenas' o la segunda etapa de 'Gürtel'.

El presidente del PP cuenta con la ventaja de que el suyo no es un partido tendente a la contestación. La dirección ya ha sondeado en los últimos días el clima interno con llamadas a sus dirigentes territoriales al tiempo que unos y otros cruzan impresiones. Y la tranquilidad es sello de la casa. Ahora bien, incluso en público, los populares han dado muestras de estar esperando una respuesta o reacción de Rajoy.

El pasado viernes, el presidente de Galicia, Alberto Núñez-Feijóo, llamó a atender el discurso que mañana pronunciará el líder del partido. «Vamos a escucharle -respondió- y saber cuál es su opinión». El jefe del Ejecutivo madrileño, Ángel Garrido, repitió ayer casi las mismas palabras: «Vamos escuchar las explicaciones del que tiene todos los elementos de juicio en su mano para hacer un análisis y, a partir de ahí, se abre un periodo de reflexión».

Además de afrontar su renovación, el PP tiene ahora tareas pendientes. Unas más acuciantes que otras. Por un lado, necesita organizar su grupo parlamentario para poder ejercer la oposición. Esto exige integrar a los ministros que son diputados -todos, salvo Íñigo de la Serna, Alfonso Dastis y Román Escolano- y decidir quién interrogará a Sánchez en las sesiones de control. Más adelante, los populares tendrán que elaborar sus candidaturas para las autonómicas teniendo en cuenta que la pérdida del poder ha dejado a todos los exmiembros del Gobierno a plena disposición.

Para las labores de oposición parlamentaria, algunas miradas se han girado hacia Soraya Sáenz de Santamaría. Su nombre, en realidad, está en todas las quinielas del grupo en el Congreso y el liderazgo del PP. Prácticamente la totalidad de las fuentes consultadas, sin embargo, sitúa a Núñez-Feijóo con más opciones para tomar el relevo en el partido. Sobre todo, porque tanto la número dos del Gobierno como la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, tienen sus propios partidarios y detractores. Pero el dirigente gallego, no genera antipatías internas y podría ser un candidato de consenso. Hay quien incluso no descarta que la vicepresidenta acabe marchándose cuando se retire Rajoy.

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