El incendio de Doñana queda estabilizado

La confirmación oficial de que el control de fuego estaba encarrilado no llegó hasta primeras horas de la noche de ayer, 48 horas después de iniciado el incendio a escasos cinco kilómetros del colchón de protección de Doñana. Un terreno de pinos, matorral y cultivos que fue incorporado como preparque el pasado año para aumentar las salvaguardas del espacio protegido. El control de perímetro de llamas fue posible gracias a que el fuerte viento amainó e incluso viró a favor, provocando que a media mañana los servicios de lucha contra el fuego «fueran por delante» y la situación mejorara más rápido incluso que las previsiones.

Tras el intenso trabajo realizado a pie de campo durante la noche del domingo, sobre todo, según coincidieron todas las administraciones, el de más de medio millar de efectivos entre bomberos y miembros de la Unidad Militar de Emergencias, que se emplearon a fondo realizando cortafuegos con maquinaria agrícola. A primera hora, estaban estabilizados ya dos de los focos activos, los más cercanos a los núcleos de población, y se intensificaban las labores de extinción en el foco noroeste, el más cercano al parque y que fue frenado poco después. Todo ello en medio de sobresaltos, como el causado por el conato registrado en Almonte, a escasos kilómetros, y que aunque fue controlado con rapidez obligó a ceder efectivos y medios aéreos para sofocarlo.

A media tarde, desde la Consejería de Medio Ambiente se confirmaba que todo el perímetro del incendio estaba «perfectamente consolidado». El primer paso para su control. El riesgo, no obstante, persistía por el nivel de humedad y el calor reinante, que hizo temer posibles rebrotes o que incluso prendieran las isletas verdes que se habían logrado salvar. Esta circunstancia favorable hace pensar a los expertos que la superficie calcinada, aún no cuantificada, puede ser algo menor de lo previsto.

Investigación

La evolución para el resto de la noche se presentó, por tanto, como «muy favorable» y el mensaje de los responsables de las tareas de extinción era de «optimismo moderado» sobre el entorno de Doñana. De forma paralela, comenzaron las investigaciones para determinar el origen del fuego, que se sospecha que fue intencionado ante la aparente ausencia de causas naturales. En este sentido, desde primera hora de la mañana la Junta de Andalucía tuvo que salir a atajar cualquier sospecha dejando claro que el terreno dañado no cambiará su calificación para otros usos y seguirá siendo suelo forestal.

Mientras tanto, unas 450 personas siguen sin poder volver a sus casas, en su mayoría son temporeros y turistas de los hoteles y campings afectados y continúan realojados en instalaciones municipales. Desde el dispositivo del Infoca se instaba además a los residentes en Mazagón y Moguer que no intentaran regresar por su cuenta a sus viviendas porque la situación todavía era de riesgo.

En total, desde el sábado fueron evacuadas unas 2.000 personas, muchas de las cuales regresaron a sus domicilios de origen. También recobraron la normalidad las 50.000 personas que durante la tarde del domingo quedaron atrapadas en la playa de Matalascañas después de que las llamas saltaran en dirección al mar la carretera que une este núcleo con Mazagón.