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Pedro Luis Gallego a su salida de la cárcel de Alcalá Meco, en Madrid, en noviembre de 2013. :: Luca Piergiovanni / EFE
El 'violador del ascensor' cambió su modus operandi para seguir depredandoCuatro agresores sexuales de la 'Parot' han reincidido

El 'violador del ascensor' cambió su modus operandi para seguir depredandoCuatro agresores sexuales de la 'Parot' han reincidido

Gallego, excarcelado en 2013 al derogarse la 'doctrina Parot', fue detenido el miércoles por cuatro agresiones a mujeres en Madrid

MELCHOR SÁIZ-PARDO

Viernes, 16 de junio 2017, 00:15

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El 'violador de La Paz', el depredador sexual que mantenía en jaque a la policía de Madrid después de cuatro ataques a mujeres entre diciembre de 2016 y el pasado abril, era el 'violador del ascensor', condenado a 273 años de cárcel por matar a dos jóvenes y abusar de otras 18 más entre 1976 y 1992, casi todas en Valladolid. Pedro Luis Gallego, de 59 años, fue capturado este miércoles en Segovia, cuando salía de su casa en compañía de su pareja con la que convivía tras salir de la cárcel en noviembre de 2013 tras derogarse la 'doctrina Parot' y después de pasar 21 años entre rejas.

Gallego no opuso resistencia. Dicen los responsables de la investigación de la Jefatura Superior de Madrid que, en cierto modo, esperaba ser detenido antes o después. Es un «violador en serie» y, apuntan los policías, al final, con tanta reiteración iba a terminar cometiendo un error, pero desde el principio el depredador había cambiado su modus operandi de los noventa para intentar no ser atrapado demasiado pronto.

Sus ataques ya no eran a cualquier hora del día y asumiendo riesgos como antaño. Ahora, siempre atacaba por la noche, entre las nueve y las diez de la noche, en los alrededores de la calle Obispo Morcillo, a espaldas del hospital de La Paz, en el distrito de Fuencarral-El Pardo de la capital, una zona especialmente desangelada cuando acaban las consultas en el centro médico. La primera y la tercera vez consumó la violación. En su segundo y cuarto ataque sus víctimas lograron zafarse.

Nueva táctica

Su táctica también era nueva ya que tras bajarse de su coche acechaba embozado a su víctima, a la que encañonaba. Nada de abordar a las mujeres en el portal como solía hacer en su primera etapa para violarlas en la cabina del elevador. En las dos ocasiones en las que logró consumar la agresión sexual consiguió embridar a sus víctimas y meterlas en el maletero. Tras conducir poco más de una hora, ese tiempo fue clave para dar con su paradero, las llevaba a un piso de Segovia donde abusaba de ellas para luego devolverlas a la zona donde las había secuestrado.

Con esos mimbres, la Policía Judicial empezó a atar cabos. No fue fácil, confiesan los investigadores, que en un principio no apuntaron la posibilidad de que el 'violador de La Paz' fuera Pedro Luis Gallego. El depredador había cambiado también su escenario de acción. Ya no actuaba en Valladolid y en pequeños pueblos castellanos sino en una gran urbe. No amenazaba con un arma blanca, sino con una pistola.

Las pistas que dieron las víctimas, además, no eran demasiado concretas porque Gallego abordaba a sus víctimas en la penumbra y les obligaba a ponerse un antifaz que les tapaba la visión una vez raptadas. Las mujeres solo pudieron describirle como bajo y robusto.

Pero, al margen de la hora de conducción con sus víctimas hasta su guarida, la policía tenía otro detalle: el violador siempre escogía a mujeres muy jóvenes. En esta última oleada de 17, 21, 21 y 24 años. Ahí estuvo la clave. Uno de los agentes apuntó la posibilidad de que no estuvieran buscando a un nuevo violador en serie, sino a un viejo conocido, a Gallego, que solía atacar a mujeres del mismo segmento de edad.

Las pruebas de ADN realizadas confirmaron que, efectivamente, el 'violador del ascensor' había reaparecido menos de cuatro años después de ser excarcelado, 25 años después de su último ataque y 40 años después de su primera violación.

Gallego empezó su carrera de depredador de mujeres en 1976, cuando solo contaba con 19 años. Fue encarcelado en 1979. Tras abandonar la prisión gracias a tres informes psicológicos que aseguraban que estaba arrepentido, a principio de los noventa volvió a violar. Fue condenado a 273 años de cárcel por matar a las jóvenes Marta Obregón y Leticia Lebrato en 1992 en Valladolid. Entonces tenía ya 33 años y había violado antes a 18 chicas más, casi todas entre 17 y 25 años en Valladolid. Por su buen comportamiento -asistía a clases de aerobic y estaba en la brigada de limpieza- consiguió reducir su condena a 21 años, fijándose su salida de la cárcel en 2013.

Sin embargo, en 2012 el Supremo acordó que no saliera de la cárcel hasta el 2022 por la aplicación de la 'doctrina Parot', al establecer que los beneficios penitenciarios se descontaran sobre la pena global. Sin embargo, el fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos obligó a excarcelarle en noviembre de 2013.

Pedro Luis Gallego es el cuarto violador excarcelado por la derogación de la 'doctrina Parot' que ha reincidido. Todos ellos fueron puestos en libertad a finales de 2013. El primero fue Félix Vidal Anido, 'el violador del estilete', que tenía que haber estado entre rejas hasta 2029. Fue arrestado solo cuatro meses después de ser excarcelado por la agresión a una mujer en Lugo. Pablo García Ribado, 'el violador del portal', condenado en 1996 a 1.721 años de prisión por 74 violaciones, fue capturado en octubre de 2014 en Guadalajara por varios abusos sexuales haciéndose pasar por fisioterapeuta. Antonio García Carbonell, condenado a 270 años, fue detenido en enero de 2015, aunque no por un crimen sexual, sino por su relación con el asesinato de una mujer de 75 años.

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