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Rajoy constata la solidez de su minoría parlamentaria

El Gobierno se da por satisfecho con la escenificación de que sigue sin haber alternativa al presidente

PPLL

Jueves, 15 de junio 2017, 00:34

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madrid. Puede que Mariano Rajoy no despierte grandes entusiasmos en el hemiciclo, pero el Gobierno se da por satisfecho con que la moción de censura de Podemos haya evidenciado que a día de hoy no hay alternativa al presidente. En los últimos siete meses, el jefe del Ejecutivo ha logrado su investidura, ha salvado los Presupuestos Generales del Estado de 2017 y ha superado una moción de censura. Así que merecedor o no del reproche parlamentario, el líder del PP celebró ayer que los números, y las circunstancias políticas, le mantengan en la sala de mandos del país. «Hombre, contento estoy -admitió concluido el debate-, la moción ha sido rechazada por una inmensa mayoría de los diputados de la Cámara, lo que quiere decir que vamos a poder seguir trabajando».

En el Ministerio de Hacienda se preparan ya para la inmediata negociación del techo de gasto de 2018 con la confianza de conservar la red de apoyos que permitió sacar adelante las cuentas hace tan sólo 15 días. Fuentes gubernamentales aseguran que su intención es extender los contactos a todos los grupos políticos, aunque la cercanía del pacto presupuestario marca tendencia.

Esta primavera el Gobierno ha alumbrado una suma de fuerzas que no aspira a cambiar, sino a afianzar. Y tiene la impresión de que la tensión entre las opciones de la izquierda facilita la reedición del acuerdo con Ciudadanos, Coalición Canaria, PNV, Foro Asturias y UPN. Está por ver qué ocurre con el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo.

Aislar a Podemos

Ese es, en realidad, el indicador fiable para Rajoy, el que establece si puede seguir gobernando, aunque la actividad legislativa se reduzca a lo mínimo, y, por otro lado, si cuenta con los principales partidos para lo que llama los grandes retos. En este sentido, en la Moncloa ponen en valor que en la discusión sobre el modelo de Estado y el órdago independentista en Cataluña, el PSOE y Ciudadanos coincidieran con el Gobierno en la defensa de la Constitución y la ley. Además, consideran relevante que Podemos quedara aislado en la Cámara tras seducir únicamente a Compromís, Esquerra y Bildu.

«Ha habido un rechazo, que para mí es muy importante porque se ha producido también en otros países de Europa, a los radicales, a los extremistas y a las personas con comportamientos bastante poco saludables para la época que estamos viviendo», interpretó el presidente. Una línea argumental en la que entró de lleno su portavoz parlamentario, Rafael Hernando.

La contención del jefe del Ejecutivo, que 24 horas antes había renunciado a enzarzarse con Iglesias a cuenta de la corrupción, saltó por los aires. En el Gobierno habían descartado por «absurdo» sacar a relucir las supuestas irregularidades de miembros de Podemos cuando el PP sufre el lastre de los escándalos. Pero en el partido dieron por hecho que Hernando se había preparado para el cuerpo a cuerpo.

El portavoz viajó a Venezuela para acusar a Iglesias de complicidad con el chavismo y a Irán para cuestionar su financiación. Al listado de imputados del PP respondió Hernando con el de dirigentes de Podemos inmersos en polémicas y defendió la «honradez, decencia y honestidad» del Gobierno y los populares. «Usted nunca será presidente», le espetó a su adversario. «Me gustaría decir que usted nunca irá a la cárcel, pero no se lo puedo prometer», replicó Iglesias.

El error de aludir a la relación personal entre el secretario general de Podemos y su número dos, Irene Montero, terminó de embarrar el terreno de juego. Hernando se excusó ante la mirada de Rajoy, que entró en el hemiciclo sólo para escuchar a su portavoz y votar.

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