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Varios alumnos realizan un ejercicio en un colegio de El Masnou (Barcelona). :: ALBERT GEA / reuters
El Gobierno investiga si los libros de texto catalanes adoctrinan contra España

El Gobierno investiga si los libros de texto catalanes adoctrinan contra España

Un informe de un sindicato de profesores denuncia planteamientos ideológicos partidistas, tendenciosos y a favor del nacionalismo

CRISTIAN REINO

Viernes, 19 de mayo 2017, 00:48

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¿Adoctrinan en las tesis independentistas los libros de texto de los colegios catalanes? Un sindicato de profesores entiende que sí después de hacer un repaso a algunos de ellos, que mantienen, por ejemplo, que Cataluña es una nación, que existió la Corona catalano-aragonesa o incluso que la Guerra de Sucesión fue más bien una contienda de secesión. Por ello el sindicato AMES ha elevado una denuncia ante el Ministerio de Educación, que ha abierto una investigación para dirimir si algunos de los textos que se enseñan en las escuelas catalanas carecen de rigor y si adoctrinan a los estudiantes.

El secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, anunció ayer que ha pedido a la alta inspección del Estado un «informe detallado» y «urgente» para comprobar si se está «vulnerando la normativa vigente» con los libros de texto. Marín dijo que hay un currículo que respetar, que «no entra en concreciones pero sí es genérico», y si en algún libro de texto se vulnera o no cumple ese currículo o de alguna manera se desenfoca, la administración central tiene la obligación de actuar a través de la alta inspección. Ese es el paso previo. En cuanto tenga el veredicto del informe, y si éste concluye que hay vulneraciones del plan de estudios, el Gobierno central abrirá un requerimiento para que el Ejecutivo catalán haga alegaciones, pero si no rectifica el Ministerio de Educación podría acudir a la vía judicial.

El sindicato de profesores AMES presentó recientemente un estudio elaborado a partir de los textos de editoriales como Barcanova, Cruïlla, La Galera, Vicens Vives o Santillana en libros de quinto y sexto de primaria que a juicio de esta organización tienen contenidos «tendenciosos y partidistas» y entiende que sólo recogen el sentimiento «de una parte de la ciudadanía».

El sindicato, próximo a Ciudadanos, apuntaba falta de rigor científico y terminológico y denunciaba la presentación de Cataluña como un entidad separada del resto de España y en muchos casos enfrentada al resto del Estado. A su entender, desde los libros de texto se fomenta el «odio» hacia lo español y se incide en diferenciar a Cataluña de España. CC OO y UGT puntualizaron que AMES es un sindicato minoritario en Cataluña.

El informe detalla que en los libros de texto catalanes se da prioridad al término Estado español antes que a España, no se resalta además que la Constitución está por encima del Estatuto de autonomía, se citan sobre todo los símbolos de Cataluña, pero no los de España y se acostumbra a presentar a Cataluña y a España como si fueran dos países diferentes y destacados en los mapas en colores distintos.

La Generalitat ve malicia

Desde la Generalitat, el secretario de Políticas educativas, Antoni Llobet, mostró ayer el «desconcierto» de la administración autonómica por la investigación encargada por el ministerio, que a su juicio desprende «desconfianza» sobre los docentes y falta de respeto hacia el mundo editorial. Y cargó contra el informe sindical, en el que cree que hay «malicia y descontextualización». Llobet afirmó que no es normal que alguien se escandalice porque en los libros de texto «se hable de los elementos más cercanos al alumno, porque seguro que pasa en cualquier lugar del mundo».

El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, aseguró anteayer en el Congreso en una respuesta a Ciudadanos que «todos los libros de texto deben cumplir los requisitos de rigor y respeto de valores constitucionales y que la competencia de supervisar los libros es de las autonomías en su ámbito territorial, mientras que la función de Educación es subsidiaria». El presidente de la Asociación de Editores de libros de texto denunció recientemente en la Cámara baja «presiones» por parte de los gobiernos autonómicos, hasta el punto de tener que cambiar el color de un mapa o que una misma comunidad llegara a pedir un contenido u otro según su alternancia política.

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