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NURIA VEGA
Viernes, 24 de marzo 2017, 00:45
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Madrid. La Mesa del Congreso estudiará el próximo martes cómo amonestar al diputado de Podemos Diego Cañamero tras el episodio que protagonizó esta semana a su llegada a la sesión de control en el Congreso. Su protesta frente al ministro de Justicia por la estancia en prisión del sindicalista Andrés Bódalo, despertó el malestar en las bancadas del PP, el PSOE y Ciudadanos. En concreto, populares y socialistas coinciden en la necesidad de «algún tipo de apercibimiento» que frene conductas impropias en la Cámara baja.
Aún no eran las nueve de la mañana cuando el pasado miércoles Cañamero se plantó frente al escaño de Rafael Catalá con dos imágenes en las manos. La primera, del marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarín, condenado a seis años y tres meses de cárcel por diversos delitos de corrupción y cumpliendo las medidas cautelares en Suiza. La segunda, de su compañero en el Sindicato Andaluz de Trabajadores y excandidato de Podemos por Jaén, Bódalo, en prisión por agredir a un concejal socialista en una protesta de 2012.
La intención de Cañamero era la de denunciar «la doble vara de medir» que, a su juicio, permite a Urdangarín «vivir a cuerpo de rey» y mantiene al sindicalista cumpliendo su condena. No es la primera vez que quien sucedió a Bódalo en las listas de Podemos muestra su disconformidad con esta situación. Ya el pasado 4 de marzo acompañó a Pablo Iglesias a la cárcel de Jaén en la que el líder de Podemos denunció que su compañero no estaba entre rejas por la agresión o «por cometer ningún delito», sino «por hacer sindicalismo».
No es terrorismo
El reproche del miércoles en el hemiciclo, sin embargo, estuvo, según fuentes de los principales partidos, «totalmente fuera de lugar». El portavoz parlamentario del PSOE calificó ayer de «lamentable» la escena «a un palmo de la cara» del ministro de Justicia en «una especie de acoso» en el Parlamento. Antonio Hernando censuró, además, en la Cadena Cope la actitud de Podemos durante toda la sesión, en la que Iglesias empleó expresiones como «me la bufa» en su interpelación al presidente del Gobierno. «No se viene a hacer el gamberro», advirtió.
Menos cometido, Rafael Hernando deslizó el nombre de Cañamero tras ser preguntado por la percepción de seguridad en el Congreso a raíz de los atentados de Londres. El portavoz del PP aseguró sentirse tranquilo, pese a actuaciones como la del diputado de Podemos. «Algunos hacen cosas extrañas, pero no son terroristas», quiso matizar.
El artículo 105 del Reglamento del Congreso establece que el presidente de la Cámara es el responsable de velar por el orden en el recinto y quien está capacitado «para adoptar cuantas medidas considere oportunas». En todo caso, tanto PP como PSOE se conforman con un toque de atención que facilite un cambio de actitud en el hemiciclo.
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