Borrar
Urgente Dos de los muertos y tres de los heridos en Sevilla pertenecen al GAR de Logroño

POR TODO LO ALTO

MANUEL ALCÁNTARA

Viernes, 24 de febrero 2017, 00:17

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Por no llamarlo robos, que es lo que realmente son, los denominan 'apropiaciones indebidas'. Se trata de calmar la sed de justicia, pero los que la sufren, en mayor o menor escala hidrópica, tienen que aguantarse la risa para no llorar. Las condenas a Blesa y Rato, que ya quedarán en algo menos, las compara la gente de la calle con la que pueda sufrir Iñaki Urdangarin, siempre a prudente distancia de los jueces. Se confirma, una vez más, que ni siquiera la injusticia es igual para todos. Un roquero mallorquín suficientemente insensato y bastante gilipollas ha sido condenado por injuriar a la Corona y humillar a las víctimas con las letras de sus canciones difundidas en internet. Tiene 23 años, que es una edad para saber lo que se canta y para tener la boca cerrada, pero todo el peso de la ley ha caído sobre él. Quien crea que es igual para todos vive a 40 años luz, cerca de una débil estrella, como ese sistema descubierto por los astrónomos que está por todo lo alto de nuestras preocupaciones.

El mundo es un pañuelo, pero más allá hay un mantelería infinita. Cada vez que los sabios con telescopio descubren algo percibimos nuestra pequeñez, pero nos ha gustado siempre mirar a las estrellas. Hay quienes están convencidos de que las hay buenas y malas, o sea, de que algunos nacen con estrella y otros estrellados. El senequismo es mucho más antiguo que Séneca. Hace falta residir en las antípodas de la perplejidad para no darse cuenta de la escasa influencia de la oración sobre la lluvia y de la no mayor de la Comisión Nacional del Mercado de Valores sobre los bancos. ¿Será cierto que los jueces españoles se sienten intimidados, cada uno en su medida? Estamos a tope de espías amateur y se aconseja a las entidades que sean cuidadosas con las conversaciones con los clientes. Los chivatos abundan y los aspirantes no escasean.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios