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Parte del arsenal incautado al grupo de traficantes desmantelado en la operación del pasado jueves. :: ministerio del interior
Una tienda de coleccionistas era uno de los centros del tráfico ilegal de armas en Europa

Una tienda de coleccionistas era uno de los centros del tráfico ilegal de armas en Europa

Interior asegura que los detenidos tenían en su poder «ametralladoras antiaéreas capaces de derribar aeronaves»

MELCHOR SÁIZ-PARDO

Lunes, 16 de enero 2017, 00:21

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El Ministerio del Interior sostiene que Cantábrico Militaria, una de las tiendas de coleccionismo militar más conocidas y reputadas de España, se había convertido en la tapadera de uno de los más importantes centros neurálgicos del tráfico ilegal de armas de toda Europa. Según la investigación de Comisaría General de Información de la Policía Nacional, la popular armería, con sede en la localidad vizcaína de Getxo y que fue registrada el pasado jueves, no solo era el punto de encuentro para todos los aficionados a las armas en busca de repuestos para sus piezas o de nostálgicos a la caza de un souvenir de la Guerra Civil o de la Segunda Guerra Mundial, sino que también comercializaba en el mercado negro de todo el continente las piezas necesarias para rehabilitar armas de guerra inutilizadas. La trama desmantela, asegura la Policía, «tenía tal magnitud que le permitía abastecer de armamento, piezas y repuestos a otros traficantes de armas de Europa».

Los diferentes jueces que han coordinado el que Interior considera el mayor golpe de la historia de España al tráfico de armas han enviado a la cárcel en las últimas horas a tres de los cinco detenidos en las redadas del pasado jueves, aunque todos los arrestados han sido imputados por depósito y tráfico de armas. Las detenciones se produjeron en las localidades de Galdakano y Getxo, en Vizcaya; Liendo, en Cantabria; y Olot, en Gerona. Solo uno de los detenidos en Vizcaya y el arrestado en Olot quedaron en libertad, aunque con medidas cautelares, entre ellas la retirada del pasaporte y la prohibición de salida del territorio nacional.

Según los documentos a los que ha tenido acceso este periódico, la principal acusación contra todos los integrantes de este grupo, al que la Policía considera una verdadera «organización criminal», es su frenética actividad y su éxito para conseguir, principalmente en los países del Este, las piezas que se mutilan de las armas reales de guerra para ser comercializadas luego -ya inutilizadas- en los mercados de coleccionistas. Unos componentes indispensables para convertir, de nuevo, esos objetos de coleccionismo en armas letales. Esas piezas luego eran revendidas en el mercado negro de toda Europa, sin reparar si el cliente era miembro del crimen organizado o de una banda terrorista.

Las piezas 'prohibidas' para rehabilitar armas encontradas en los almacenes del grupo en Cantabria y en las localidades vizcaínas de Getxo y Galdakano son multitud y, sobre todo, muy cotizadas por los traficantes: mecanismos de percusión completos, muelles recuperadores, piezas de retenida, cañones, cerrojos, cilindros, armazones, mecanismos de disparo, sistemas de cierre.... Los detenidos -apuntan los servicios antiterroristas encargados de esta operación- no solo revendían estos componentes. También usaban esas piezas para rehabilitar ellos mismos armas inutilizadas. El taller de la organización, que Interior describe como «sofisticado y completo», estaba en la trastienda de la famosa armería. Allí, incluso, los arrestados contaban con la tecnología para fabricar las piezas 'prohibidas' que no encontraban. Los operativos, además, se incautaron de los sellos que la red usaba para falsificar la documentación de las armas que la propia trama comercializaba por cuenta propia.

Diez millones

La operación ha movilizado a decenas efectivos Comisaría General de Información (servicios antiterroristas); de las brigadas provinciales de información de Bilbao, Gerona, Barcelona, Santander y Valencia; y a especialistas de Europol. Según informó ayer el departamento que dirige Juan Ignacio Zoido, el operativo se ha saldado con la incautación de entre 10.000 y 12.000 armas valoradas en diez millones de euros en el mercado negro. No obstante, responsables de la Comisaría de Información matizaron estas estimaciones, ya que, por un lado parte de este material sí que estaba inhabilitado y otra parte significativa de ese arsenal lo componen piezas históricas -incluso antiquísimas armas de avancarga- que en ningún caso, a pesar de no estar inutilizadas, iban a ser objeto de comercialización a bandas criminales.

Pero al margen de esos 'cacharros' (como se les conoce en el argot policial y de los coleccionistas), la trama desmantelada también comercializaba, al margen de su actividad perfectamente legal, componentes prohibidos e innumerables armas de guerra rehabilitadas de la segunda mitad del siglo XX, letales y, éstas sí, muy demandadas en el mercado negro. Sin duda, la especialidad de la trama eran los Cetme retirados por Ejército español, que, de cara al público vendía inutilizados, pero que los detenidos también eran capaces de comercializar en perfecto uso y en su modo más peligroso, el automático.

Pero había piezas prohibidas y armas completas de otros modelos de fusiles de asalto como Bergmann, rifles Beretta y «varias ametralladoras antiaéreas capaces de derribar aeronaves». Además, los funcionarios descubrieron multitud de pistolas y componentes de las marcas Astra, Star, Mauser, Browning y Wlather y numerosos revólveres Smith & Wesson, entre otras marcas conocidas. La Policía también se incautó de unos 80.000 euros en efectivo.

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