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Trillo, durante su comparecencia del jueves en la embajada de Londres para anunciar que había pedido su relevo. :: Facundo Arrizabalaga / efe
El Gobierno reconoce que no pidió  a Trillo la renuncia ni la dimisión

El Gobierno reconoce que no pidió a Trillo la renuncia ni la dimisión

Acepta el relevo a petición propia de la embajada en Londres y espera que Cospedal ponga en el Congreso el punto final al asunto

RAMÓN GORRIARÁN

Sábado, 14 de enero 2017, 00:06

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El Gobierno en ningún momento ha enseñado la puerta de salida a Federico Trillo y ha dejado que sea él quien maneje los tiempos hasta presentar este jueves su renuncia a la embajada en Londres. Aunque Mariano Rajoy ha tomado partido por el cambio de estrategia de Dolores de Cospedal con el Yak-42, desde el Ejecutivo ni se ha pedido al exministro que dimita ni que renuncie al puesto diplomático en la capital del Reino Unido. «Fue un relevo a petición propia» que, según explicó el portavoz gubernamental, el Consejo de Ministros estudió y aceptó ayer.

En 2003, cuando se conocieron las irregularidades contractuales que precedieron a la tragedia del Yak-42, hubo ministros que en voz baja decían que Trillo debía dimitir como responsable de Defensa. Una opinión compartida de nuevo por miembros del Gobierno tras el informe del Consejo de Estado. Pero ni entonces ni ahora nadie se dirigió al entonces responsable de Defensa y hasta ayer embajador en Londres para que se fuera. Íñigo Méndez de Vigo confirmó tras la reunión del Consejo de Ministros que la decisión de dejar su puesto fue exclusiva de Trillo sin que nadie le indujera a hacerlo.

El exministro comunicó el jueves por la tarde sus planes al titular de Exteriores, Alfonso Dastis, después de escuchar el espaldarazo de Rajoy a la estrategia de Cospedal de asumir la responsabilidad de Defensa por ignorar los avisos previos sobre la inseguridad de los aviones que transportaban a los militares españoles desde Afganistán. El portavoz del Gobierno desligó, sin embargo, la decisión de Trillo de la desautorización expresa del presidente del Gobierno o de la gestión de la nueva ministra. El relevo, explicó, se encuadra en «la absoluta normalidad» del proceso de renovación de los jefes de misión diplomática que están «una media de tres años y pico o cuatro en sus puestos».

Trillo fue nombrado embajador en el Reino Unido en 2012 y debía haber sido relevado enm 2016, pero no se hizo el cambio porque, según el portavoz, el Gobierno estaba en funciones y tenía que ser «respetuoso» con el siguiente Ejecutivo que podría ser de otro color político.

Méndez de Vigo tampoco consideró imprescindible que el extitular de Defensa pida perdón a las víctimas de los 62 militares que murieron en el accidente porque, si bien «cada uno es responsable de sus actos», el Gobierno cree que con la comparecencia de la ministra este lunes en la Comisión de Defensa del Congreso se habrá cumplido con «el correcto funcionamiento de las instituciones» y quedará zanjada la polémica. Esto es lo que espera el Ejecutivo y también el PP, que confían en que con las explicaciones de Cospedal las familias quedarán satisfechas y la oposición verá colmadas sus exigencias. Pero un perdón como el que reclaman las demás fuerzas políticas y los allegados no es probable que salga de la boca de la ministra.

Lecciones de democracia

Los familiares de las víctimas del Yak-42 no parecen, a pesar de todo, dispuestas a ceder en su empeño de conseguir el perdón de Trillo. La asociación que les agrupa entregó ayer en el Ministerio de Asuntos Exteriores 137.000 firmas de personas que piden su dimisión como embajador ante el Reino Unido. Su portavoz, Curra Ripollés, reclamó al Gobierno unas horas antes de que aceptara la petición de relevo que forzara la dimisión del que fuera ministro de Defensa entre 2000 y 2004. Es necesario, dijo, que aprenda «alguna lección de esta democracia» y no que deje su cargo porque quiere o porque acaba su mandato.

Una demanda en la que encontró el respaldo de todo el arco parlamentario, con la excepción del PP. Desde el portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez, a los dos máximos dirigentes de Podemos, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, así como el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, secundaron que Trillo no se puede ir sin más de la embajada en Londres porque tiene que ser destituido por el Gobierno y debe pedir perdón a los familiares.

El PP, aunque no se ha mostrado en ningún momento entusiasta con el exministro, cerró filas con él. El vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, señaló que la petición de perdón es «una cuestión muy personal» a la que nadie está obligado, mientras que el responsable de Acción Sectorial, Javier Maroto, apuntó que Trillo «está encantado» de agilizar la renovación en la misión diplomática en Londres.

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