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Pedro Sánchez saluda a militantes socialistas en el municipio asturiano de El Entrego. :: Alberto Morante / efe
Sánchez ensalza la voz de las bases frente a la de «cuatro metidos en un despacho»

Sánchez ensalza la voz de las bases frente a la de «cuatro metidos en un despacho»

El ex secretario general del PSOE protagoniza su segundo acto con la militancia en Asturias, feudo de Javier Fernández

R. C.

Domingo, 11 de diciembre 2016, 00:52

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Pedro Sánchez realizó su segunda parada de la gira que pretende llevar a cabo por toda España en feudo enemigo. Al menos en cuanto a dirigentes socialistas se refiere. Tras su acto de hace dos semanas en la Comunidad Valenciana, el ex secretario general del PSOE escogió en esta ocasión Asturias para darse un nuevo baño de masas entre la militancia. Nada menos que la misma comunidad autónoma en la que gobierna su sucesor provisional al frente de los socialistas, Javier Fernández.

Sánchez estuvo arropado en el municipio asturiano de El Entrego, situado en el corazón de la cuenca minera, por cerca de 1.500 simpatizantes, todos ellos críticos con la actual deriva de la formación. También por dirigentes socialistas como la diputada Adriana Lastra, una de sus fieles, que en la investidura de Mariano Rajoy se abstuvo «por imperativo» de la dirección.

En Asturias, el exlíder socialista se ajustó al guion que han venido repitiendo los críticos con la gestora a lo largo de las últimas semanas. Lo primero de todo fue exigir que se fije cuanto antes la fecha para el congreso del partido del que saldrá la nueva ejecutiva socialista, y al que Sánchez aún no desvelado si se presentará por mucho que este sábado los militantes le animaran a ello. La propuesta de Fernández de celebrar el cónclave antes de verano no es suficiente para el ex secretario general, que ayer insistió en que «retrasar el congreso no beneficia a ningún socialista, y sí a Mariano Rajoy que quiere tener un PSOE como el de ahora, sin liderazgo». Sánchez apeló al poder de una militancia a la que trata de seducir de cara a su posible regreso a la jefatura del partido. Y es que una de sus principales bazas es atraer a los descontentos con la abstención en la investidura del jefe del Ejecutivo. Por eso en Asturias, feudo histórico del PSOE, apeló al espíritu de la izquierda. Entre gritos del público de «no es no», aseguró que cuando llegue la hora del congreso él estará de parte «de quien quiera un PSOE autónomo de los poderes económicos, que esté a la izquierda y que dé voz a los militantes sobre lo que debe ser el partido».

El ex secretario general no ahorró en dardos a Javier Fernández. Además de reprochar la abstención de la investidura, trató de desarmar los argumentos del presidente asturiano para retrasar el congreso. Según mantiene Fernández, no se debe pedir que se celebre el cónclave cuanto antes sino que se haga bien. Sánchez, en cambio, denunció «la falsa disyuntiva de quienes dicen que hay que elegir entre un congreso ya o un buen congreso, porque se pueden hacer ambas cosas a la vez». Y para rematar la ofensiva contra la gestora y su presidente sentenció que «para coser el PSOE la mejor aguja e hilo es la voz y el voto de la militancia, no la de cuatro metidos en un despacho».

En tono más conciliador, el exlíder socialista añadió que «en el PSOE no sobra nadie, lo que falta es la voz y voto de la militancia». Y según dijo, «para un socialista otro socialista nunca será un adversario». Sánchez es consciente del rechazo que su posible regreso genera en el sector del partido que provocó su caída por lo que el discurso de la unidad se presenta como indispensable de cara a sus posibilidades de recuperar el liderazgo de la formación.

En el acto, en el que tomaron la palabra cuatro militantes que criticaron a la actual dirección del partido, se escucharon cánticos como 'gestora, impostora' y se recogieron firmas en las que se reclama la celebración del congreso en el menor tiempo posible.

Zapatero, en León

Al igual que ocurrió en la anterior parada en Valencia, el encuentro de Sánchez con las bases coincidió con un acto del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, una circunstancia que unida a la escasa sintonía entre ambos ex secretarios generales dio pábulo a las teorías de la contraprogamación.

El exjefe del Ejecutivo afirmó que el próximo congreso debe servir de pistoletazo de salida para regresar a la Moncloa. Según señaló, «en un momento en que a la gente solo le preocupa el tiempo, al PSOE le debe preocupar el espacio, el contenido y la visión de cómo construir la sociedad y defenderla».

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