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El fiscal del 'caso Nóos' cree que «sería una sorpresa» que la infanta fuera condenada

Horrach reprocha a los tribunales la «falta de coraje» para poner freno a acusaciones populares como Manos Limpias

MELCHOR SÁIZ-PARDO

Jueves, 17 de noviembre 2016, 00:56

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Pedro Horrach se despachó a modo. El fiscal anticorrupción, que en unos meses abandonará el Ministerio Público, no se anduvo ayer con rodeos y arremetió contra el tribunal del 'caso Nóos', al que acusó veladamente de timorato por no haberse atrevido a sacar del proceso a Manos Limpias, la única parte que acusaba a la infanta Cristina.

Horrach mandó un claro mensaje al tribunal que preside Samantha Romero y que en unas semanas hará pública la sentencia. Para él, sería una «sorpresa» que la hermana de Felipe VI fuera condenada puesto que ello supondría «la primera vez en España, no solo que se sienta en el banquillo una persona por hechos similares a éste, sino que además es condenada».

El fiscal, que llegó a bromear en un desayuno informativo de 'Vanity Fair' con el hecho de que le califiquen como el «abogado de la infanta», volvió a defender a Cristina de Borbón. El suyo, dijo, fue «uno de los casos donde la presunción de inocencia saltó por los aires desde el minuto uno que estuvo imputada». Una situación de la que culpó a los medios de comunicación porque, según él, se dedicaron, a «magnificar cualquier dato (referido a la infanta) que en circunstancias ordinarias era nimio e insignificante».

El representante del Ministerio Público fue muy duro con los «tribunales y jueces españoles» por su «falta de coraje» a la hora de poner freno poner freno a las acusaciones populares como la que ha ejercido durante muchos años en diferentes procesos Manos Limpias. Horrach no quiso personalizar su ataque en la Audiencia Provincial de Palma, que por tres veces avaló que la abogada Virginia López-Negrete (hoy imputada en el 'caso Ausbanc') siguiera con la acusación contra la infanta en solitario. Pero respiraba por la herida. Dijo que los jueces «por una cuestión de imagen» no han sacado de los procesos a las acusaciones populares, pero tampoco han querido ejercer de «filtro para «evitar acusaciones infundadas».

Las andanadas contra el tribunal de Romero continuaron con el reproche de por qué no expulsó «por fraude de ley» a Manos Limpias cuando en enero, al inicio de la vista oral del 'caso Nóos', López-Negrete retiró «sorpresivamente» los cargos a Miguel Tejeiro (exsecretario del Instituto Nóos) argumentando que era una «decisión estratégica».

«¿Cómo puede retirarse una acusación de ocho años aludiendo a motivos estratégicos? Ello debió suponerle la expulsión, pero creo que falta coraje en jueces y tribunales», insistió, antes de rechazar con vehemencia que, como hizo el tribunal del 'caso Nóos', se equiparara a la Fiscalía con la acusación popular.

Sin comparaciones

«No consiento que se compare la acusación popular con la labor de la Fiscalía, sólo nos faltaba eso. Nosotros los fiscales nos hemos currado una carrera, somos funcionarios públicos y tenemos profesionalidad e independencia, las instituciones deberían haberse hecho valer», se lamentó.

El fiscal aseguró que fue un juicio con «mucha tensión» y afirmó que por momentos le pareció una suerte de 'Gran Hermano'. Confesó que el proceso de Nóos le ha pasado factura, aunque afirmó que no es la causa principal por la que a finales de año abandonará la Fiscalía para dedicarse a la abogacía.

También habló de que su otrora intensa relación con el juez José Castro ha pasado a una simple relación «cordial y profesional».

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