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Santos, el 'apagafuegos' judicial del PP

En sus escritos ha negado la existencia de la 'caja B', así como la destrucción de los ordenadores del «mentiroso patológico» de Luis Bárcenas

MATEO BALÍN

Domingo, 9 de octubre 2016, 00:34

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El 19 de diciembre de 2013 fue el punto de no retorno para el Partido Popular en el 'caso Gürtel'. Después de que el juez Pablo Ruz y la Sala Penal de la Audiencia Nacional avalaran meses antes su expulsión de la causa como acusación por dar apoyo a los imputados, el instructor mandó a una comisión judicial a la sede nacional del PP, formada por el letrado de la Administración de Justicia del juzgado y varios agentes de la UDEF, para requerir al representante legal documentación referida al pago de las obras del edificio de la calle Génova número 13 de Madrid.

Eran las 20.00 horas de un jueves anterior al día de Navidad y la llegada de la Policía Judicial cogió desprevenida a la cúpula del PP. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, fue informada por el jefe de los servicios jurídicos, Alberto Durán, que estaba presente en la sede junto a la tesorera nacional, Carmen Navarro. La primera decisión que toman fue realizar una llamada de urgencia a una persona de su entera confianza. Un abogado penalista que ya defendía al gerente imputado del PP en Castilla-La Mancha y que solo un año antes era teniente fiscal en la Audiencia Nacional, donde había pasado los últimos 23 años.

Se trataba de Jesús Santos, responsable del área de Derecho Penal en el despacho Baker&McKenzie desde noviembre del 2012. Es decir, un bufete de prestigio para salir del atolladero y un abogado con experiencia e influencia en el tribunal central. Éste era el abogado elegido por el equipo de Cospedal. Santos llegó a Génova 13 una hora y 40 minutos después de la entrada de la policía judicial. Así quedó escrito en el acta de aquella diligencia: «En representación del Partido Popular».

Durante 14 largas horas, madrugada mediante, el letrado asesoró a los responsables del PP sobre los requerimientos de información de la autoridad judicial. Una cosa tenía clara en ese momento: era peor el remedio que la enfermedad, por lo que aconsejó que colaboraran plenamente con los agentes. De lo contrario, la búsqueda de documentación en las dependencias de tesorería, gerencia, auditoría o caja referida a las obras pagadas supuestamente con dinero negro se haría a la fuerza.

Desde este episodio, Santos se hizo con el peso de la defensa del PP en todos aquellos procedimientos donde aparecía implicado el partido como persona jurídica. A saber, la época primera del 'caso Gürtel' (1999-2005), que ahora se juzga en la Audiencia Nacional y donde el pasado miércoles pidió la nulidad de toda la causa en línea con los principales acusados; la llamada 'caja B', a través de la contabilidad opaca que manejaba el extesorero nacional Luis Bárcenas, donde la formación ha tenido que afianzar 1,2 millones de euros como responsable civil subsidiario de los hechos; y el caso del borrado de los ordenadores de Bárcenas, que se instruye en un juzgado ordinario de Madrid, donde el partido está procesado por los delitos de encubrimiento y daños informáticos, aunque la decisión definitiva de ir a juicio depende de los recursos presentados en la instancia superior, la Audiencia Provincial.

Encuentros confidenciales

Desde el primer momento el control de Santos en la estrategia de defensa del PP ha sido total. Como botón de muestra, aún se recuerda en la Audiencia Nacional la actuación de su antiguo colega durante la declaración de un testigo en la causa de la 'caja B'. Fue en febrero del 2014. Se trataba del secretario general del PP de La Rioja, Carlos Cuevas, a quien el juez Ruz quería interrogar sobre la compra de una sede para la formación regional aparecida en los apuntes contables de Bárcenas, bajo el epígrafe 'entrada 200.000 euros'. Allí estaba personada la silueta bronceada de Santos, quien durante un 'tiempo muerto' se vio en un apartado con Cuevas pese a no ser su defensor. Una circunstancia que llamó la atención a un abogado de la acusación, que le preguntó en la sala al testigo.

-¿Antes de la declaración ha hablado con algún abogado vinculado al PP?, cuestionó Gonzalo Boye.

-Bueno, sí, pero sólo unos minutos en el cuarto de al lado del ascensor [del juzgado], respondió Cuevas.

Esta circunstancia recogida en el sumario solo es un ejemplo del ascendente de Santos en la defensa de los intereses del PP. Un paso adelante con plena libertad para marcar la estrategia judicial del partido en el Gobierno. Pero, sobre todo, con la confianza ciega para actuar de la jefa, María Dolores de Cospedal.

Ambos tienen claro que el enemigo a batir es Bárcenas. Más si cabe cuando decidió 'tirar de la manta' en el juzgado de Ruz en julio del 2013 y detallar el funcionamiento de la contabilidad secreta. No es baladí, por ejemplo, que los escritos de defensa de Santos pongan en duda la credibilidad de un «mentiroso patológico» y con evidente animadversión hacia la secretaria general. Nieguen la existencia misma de una 'caja B' en el PP nacional, pese a que un juez, un fiscal y una sala de tres magistrados lo han confirmado. O aseguren que a los discos duros de los ordenadores del extesorero se les aplicó un «borrado seguro».

Pero la sorpresa llegó el pasado miércoles en el juicio de la primera época del 'caso Gürtel', donde la Fiscalía reclama al PP 245.000 euros como responsable civil por lucrarse con las actividades de dos exalcaldes populares imputados. Un contundente Santos se alineó para sorpresa de muchos con los principales acusados, incluido también Bárcenas, para reclamar al tribunal la nulidad misma del juicio. Hasta tildó de «ilícitas» las grabaciones del denunciante que activaron la investigación en el 2009, pese a que han recibido todos los avales judiciales posibles.

Este es Jesús Santos, el 'apagafuegos' del PP, quien parece dispuesto a dejar al partido limpio de polvo y paja de corrupción.

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