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GUARDIANES DE LA FRONTERA

MANUEL ALCÁNTARA

Sábado, 8 de octubre 2016, 00:31

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La crisis de los refugiados va a marcar la vida de los que aún hemos encontrado refugio. Así que lo de menos es que Ferraz haya dado por hecho que el PSC y el fantasmagórico Sánchez, que ojalá nos deje descansar en paz durante una temporada, hayan pactado en secreto con Puigdemont. Se trata de entenderse y eso es siempre una experiencia nueva, por más que se repita. ¿Somos así o así hemos venido siendo? La crisis de los refugiados va a marcar el mandato de Guterres en la ONU y Guterres, que tiene nombre de errata, es un hombre imprescindible, ya que creerse que todas las cosas necesarias se pueden conseguir. La crisis de los refugiados marcará su mandato en la ONU, pero no se sabe quién lo marca a él. Cuando el gran don Pío Baroja se atrevía a decir que aspiraba a ser ciudadano de un país sin «curas, sin carabineros y sin moscas», lo que intentaba propulsar, sin quitarse la boina, era una nación con menos tabúes religiosos, con menos fronteras y con más higiene. En eso seguimos mientras el Parlamento catalán vuelve a impulsar al referéndum ilegal, que tenía bastante fuerza aunque ninguna legalidad.

No sé si los españoles, hayamos nacido donde hayamos nacido, estaremos condenados a no entendernos nunca. Algunos nos resistimos a creerlo, ya que un gallego y un asturiano han empezado a dialogar. Rajoy y Fernández hablaron sobre las opciones de investidura, pero sin embestirse, que es la mejor tradición ibérica. ¿Por qué considerar al de fuera como a un intruso? La llamada Unión Europea quiere reforzar su custodio a las fronteras para frenar la llegada de migrantes. ¿Dónde podrán irse a vivir los que no tienen patria conocida? La hospitalidad depende en gran parte del dinero que traigan los que nos visitan. Al parecer, no necesitamos más pobres que nos visiten, sino más ricos que se queden y que se compren una casa para vivir entre nosotros, que somos encantadores para todo el que llegue con dinero. Los demás no son turistas, sino gente de paso, que ni siquiera compra pasteles.

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