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Sánchez observa al expresidente González en un acto preelectoral de noviembre de 2015. :: g. julien / afp
La irrupción de Felipe González precipita el estallido de la crisis

La irrupción de Felipe González precipita el estallido de la crisis

Las palabras del expresidente afirmando que se siente «engañado y defraudado» por Sánchez fueron la señal definitiva para los críticos

RAMÓN GORRIARÁN

Jueves, 29 de septiembre 2016, 01:01

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Si algo faltaba en el duelo a garrotazos (ver la pintura de Goya) de los socialistas, llegó Felipe González para completar el cuadro. El expresidente del Gobierno dio el empujón definitivo a los críticos con su acusación de mentiroso a Pedro Sánchez por haberle «engañado» en la investidura de Mariano Rajoy. Si alguno de los 17 miembros de la ejecutiva federal del PSOE que dimitieron tenía dudas sobre si dar el paso, acabó de decidirse

Esta vez el jarrón chino, como definió González a los expresidentes -muy valiosos pero nadie sabe dónde colocarlos- fue de muy alta utilidad para los adversarios de Sánchez. Nunca antes el ex secretario general de los socialistas se había referido con semejante dureza a uno de sus pares. En sus palabras había un reproche total y una enmienda a la totalidad de la gestión del actual secretario general del PSOE.

«Me siento engañado y defraudado por Pedro Sánchez», se quejó ayer en una entrevista en la cadena Ser. «Hablé con Pedro Sánchez -prosiguió- porque me pidió que nos reuniéramos después de las elecciones del 26 de junio. Y el 29 de junio me explicó que pasaba a la oposición, que no intentaría ningún gobierno alternativo y que votaría contra la investidura del Gobierno del PP, pero que en segunda votación pasarían a la abstención para no impedir la formación de gobierno».

El expresidente consideró que Sánchez cometió un error al no explicar «a nadie» su cambio de opinión respecto a la investidura de Rajoy, un silencio que ha generado «confusión» dentro del PSOE, pero «mucha más en el país». También reprochó al secretario general su escasa comunicación con los líderes territoriales, algo de lo que se han quejado los barones, y vio un despropósito en intentar gobernar con 85 diputados, un diagnóstico que también hacen los críticos. En definitiva, remató, «alguno tendrá que asumir responsabilidad política por ir de derrota en derrota se supone que hasta la victoria final».

Los comentarios de González cayeron como una bomba en el equipo de Sánchez, que se empleó a fondo para intentar desactivar el impacto de semejante reprimenda. El propio secretario general emitió un inusual comunicado personal en el que no desmintió la versión de la conversación que mantuvieron respecto a la investidura de Rajoy. El secretario general del PSOE dijo «respetar» sus comentarios y opiniones, pero los metió en la misma bolsa de las «muchas opiniones y reflexiones» que ha escuchado a lo largo de estos meses. No les dio un significado especial. Lo relevante, se parapetó Sánchez, es la decisión que adoptó el Comité Federal del 28 de diciembre, que vetó cualquier tipo de colaboración con el PP con o sin Rajoy, y que es lo que ha hecho.

Conversación privada

Los escuderos del secretario general del PSOE también salieron de inmediato a la palestra para minimizar daños. Óscar López, portavoz en el Senado y hombre de absoluta confianza de Sánchez, se sumó a la tesis de que la conversación con González fue una más de «las muchas» que mantuvo el líder del partido tras las elecciones y riñó «con todo el respeto» al expresidente porque «las conversaciones privadas no deberían salir a la luz». También el número dos del partido, César Luena, reconvino a González por difundir «una conversación privada». Hasta la magistrada y número dos de la lista por Madrid, Margarita Robles, acudió a sofocar el incendio con el balde de que lo privado no se cuenta.

Sánchez, además, intentó aprovechar las palabras del expresidente para arrimar el ascua a su sardina en la pugna que mantiene con la presidenta de la Andalucía. «Felipe González está en el bando de la abstención (en la investidura de Rajoy), yo estoy en el bando del voto en contra a Rajoy y de crear un gobierno alternativo. Me gustaría saber en qué bando está Susana (Díaz)», señaló en una entrevista concedida a eldiario.es. La interpelada no respondió, pero su portavoz firmó que «escandaliza» que el secretario general del PSOE «hable de bandos», una terminología «de otra época», en alusión a la pugna de guerristas y renovadores que en los noventa pusieron al PSOE al borde del cisma.

Pero entretanto, los críticos ya tenían tomada la decisión de ir a por todas sin esperar a la reunión del Comité Federal del sábado. Ya lo advirtió el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, y uno de los implicados en el motín, que auguró que los comentarios del expresidente González tendrían «consecuencias». Horas después, se consumaba la dimisión de más de media ejecutiva federal en la sede de la calle Ferraz de Madrid.

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