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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
El PSOE se prepara para otra batalla interna en el Comité Federal del 1 de octubre

El PSOE se prepara para otra batalla interna en el Comité Federal del 1 de octubre

El máximo órgano del partido debatirá sobre la situación de bloqueo político y qué salida puede haber para evitar la convocatoria de nuevas elecciones

Paula De las Heras

Miércoles, 21 de septiembre 2016, 17:33

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Los socialistas tendrán ocasión de volver a debatir sobre cómo pueden evitar unas terceras elecciones el sábado 1 de octubre. Pedro Sánchez tiene intención de convocar para ese día una nueva reunión del máximo órgano de gobierno del partido después de que lo hayan reclamado públicamente dirigentes territoriales como el extremeño Guillermo Fernández Vara o el castellano-manchego Emiliano García Page.

La cita, en la que se abordarán también los resultados electorales del PSE y el PSdG en el País Vasco y Galicia, promete ser agitada. Fuentes de la dirección y del sector crítico coinciden en que el ambiente «nunca había estado tan tenso» como ahora. Y eso que hace más de un año que el PSOE no es precisamente una balsa de aceite.

En los últimos diez días han arreciado las muestras de desafección hacia el secretario general y la oposición interna ha dejado caer su intención de hacer una lectura nacional de los comicios. Aseguran que exigirán responsabilidades si, como indican las encuestas, el partido confirma su camino hacia la irrelevancia y su debilidad frente a los coaligados de Podemos en ambos territorios históricos. Incluso apelan a soluciones drásticas -la dimisión de buena parte de la ejecutiva o una revuelta en el propio Comité Federal-, pero no es la primera vez que todo se queda en mucho ruido y pocas nueces.

Difícil ecuación

En Ferraz advierten de que no tienen intención de dar su brazo a torcer y se amparan en un discurso que creen ganador: lo que dan a entender los críticos es que quieren derrocar a Sánchez para, a continuación, abstenerse en una investidura del PP y pasar a la oposición. Semejante posición enerva a las bases del partido. Y los propios desafectos con la gestión del líder socialista admiten que no tienen claro cómo resolver la ecuación. Susana Díaz pide desde hace semanas la cabeza de Mariano Rajoy, pero tampoco ha llegado a afirmar nunca que podría plantearse permitir gobernar a otro candidato popular.

En el último gran cónclave del partido, el pasado 9 de julio, las cosas no eran muy distintas. Sin embargo, a la hora de la verdad ninguno de los presidentes autonómicos se atrevió a defender la posibilidad de una abstención ante Rajoy, como sí había hecho Fernández Vara previamente. En cualquier caso, el equipo de Sánchez afirma que está preparado para la «guerra» y se muestra convencido de que, pase lo que pase, resistirá.

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