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R. C.
Miércoles, 14 de septiembre 2016, 00:38
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madrid. La investigación por la desaparición de Diana Quer se trasladó anteayer al domicilio madrileño de la joven, situado en una urbanización de la localidad de Pozuelo de Alarcón.
Hasta la casa se desplazaron varios agentes de la Guardia Civil que permanecieron en el interior durante varias horas. Según informó el programa 'Espejo Público', los agentes habrían mostrado a Diana López-Pinel, madre de la joven, varias imágenes de la noche en la que su hija desapareció. Según afirmó su abogado, en ningún caso se trató de un interrogatorio. El objetivo de los investigadores es dar con las personas que estuvieron con Diana a lo largo de aquella noche. Según ha trascendido, el análisis de la señal del móvil de la joven señala que, tras regresar a su casa, volvió a salir después de nuevo y desplazarse en un vehículo a unos 20 kilómetros de la localidad coruñesas de A Pobra, quizá con el objetivo de seguir de fiesta durante la madrugada en algún lugar que aún no ha podido ser determinado.
Los esfuerzos de la Guardia Civil se centran en saber quién iba en el coche junto a Diana. Para ello, se están analizando las imágenes de las cámaras instaladas en la zona y revisando las matrículas de los vehículos. También se inspeccionan miles de señales de telefonía móvil.
De momento se mantienen abiertas todas las hipótesis salvo la posibilidad de un secuestro por motivaciones económicas ya que, tres semanas después de la desaparición, no se ha recibido ninguna petición de rescate. Una de las hipótesis es que Diana pudo protagonizar la escapada nocturna y algo se torció. En base a los datos obtenidos del móvil de la joven, la Guardia Civil ha realizado numerosas batidas sin que ninguna haya aportado resultados.
La otra teoría principal es que se trate de una marcha voluntaria, una opción que sin embargo choca con que Diana se fuera de su casa sin el DNI y sin dinero. Varios testigos han señalado que la joven desaparecida y su madre mantenían discusiones de forma habitual. A causa de una de ellas, Diana López-Pinel y su otra hija, Valeria, tuvieron que ser atendidas en el centro de salud de A Pobra a causa de una crisis de ansiedad. Estas posibles diferencias familiares sí podrían apuntar a una desaparición voluntaria.
López-Pinel acudirá este viernes a declarar a los juzgados 1 y 2 de Ribeira (La Coruña). En el primero de ellos lo hará por la desaparición de Diana. El segundo de los juzgados es el que le retiró de forma cautelar la tutela de su otra hija, de 16 años, y se la entregó a su padre.
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