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María Isabel Véliz, la madrina de Asunta, a su llegada ayer a los juzgados de Santiago. :: lavandeira jr. / efe
La madrina de Asunta: «Nunca le di medicación. Estaba como un roble»

La madrina de Asunta: «Nunca le di medicación. Estaba como un roble»

Desmiente ante el jurado popular que la niña tuviera cuadros serios de alergia, como relataron sus padres, u otra enfermedad habitual

R. C.

Miércoles, 7 de octubre 2015, 00:27

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Tras más de 11 horas de maratonianas declaraciones en el juicio por el asesinato de Asunta Yong Fang, apareció en la sala una mujer octogenaria y coqueta. Era María Isabel Véliz, la madrina de la niña de 12 años asesinada el 21 de septiembre de 2013 en las inmediaciones de Santiago de Compostela.

Su testimonio era muy esperado, si bien la menor de origen chino pasó parte del que fue su último verano con María Isabel, dado que su madre Rosario Porto, por su cuadro de ansiedad y estrés, permaneció varios días ingresada en el Clínico de Santiago y otros tantos de recuperación en su casa.

El 30 de julio Asunta llegó a Vilanova de Arousa, a casa de su madrina. La amistad entre ambas familias venía de lejos, de los abuelos de Asunta . En la declaración que hizo ante el juez tras la muerte de la pequeña, reconoció que Rosario nunca le había contado haber estado en tratamiento psiquiátrico y aportó un dato clave: la niña no padecía ninguna enfermedad de la que tenía que medicarse.

Esta versión la volvió a repetir ayer ante el jurado popular. «La niña tenía una salud magnífica. Comía como una lima», declaró. Añadió que una vez tuvo una varicela y cree que «un poco de alergia, pero también tenían los padres, tenían los tres». No obstante, zanjó, «yo nunca le di medicación, nada, estaba como un roble». Unas palabras que provocaron el llanto de Porto.

Y es que este testimonio deja en entredicho los relatos de la madre y Alfonso Basterra, quienes mencionaron en bastantes ocasiones los problemas de la niña con la alergia para contrarrestar los indicios de que le dieron Orfidal para sedarla.

Previamente, testificaron una docena de policías y agentes de la Guardia Civil. En el centro de sus declaraciones estuvieron los mensajes y llamadas que intercambiaron Porto y Basterra las horas previas al asesinato de Asunta.

Borrado masivo

La Guardia Civil registró sus teléfono tras su detención, pero los análisis periciales resultaron doblemente negativos: borrado masivo e imposibilidad de recuperarlos. De estas conclusiones se extrajo una hipótesis de trabajo. El resumen es que los mensajes enviados los días 20 y 21 de septiembre de 2013 a través de la aplicación móvil 'Whatsapp' fueron eliminados con la voluntad de ocultar, una teoría que aunque no de forma directa sí se dejó caer en la sexta sesión del juicio celebrado este martes.

Uno de los agentes que se encargó, durante «meses», del estudio del material volcado de los teléfonos y ordenadores de los acusados, reconoció ante el jurado que fueron borrados los listados de las llamadas salientes y entrantes del móvil de Porto hasta las 23:00 horas de la jornada de la muerte de la menor (la instrucción enmarca el fallecimiento entre las 17:00 y las 21:00 horas y el cuerpo se halló de madrugada).

La incógnita del paradero del ordenador de Basterra también sobrevoló en la sala. El guardia civil que examinó los dispositivos móviles relató ayer que no encontró nada. Pero en una nueva inspección sí lo halló al lado de una «bolsa de viaje» con ropa.

Del estudio del ordenador de Basterra, informó de que no se puede saber si se había «cambiado el disco duro». En cuanto al contenido, habló de «un montón de contenido eliminado», de «todo tipo» de carácter -alguno con vídeos de contenido sexual- y lo cifró en más de 540.000 archivos.

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