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PSOE

Pedro Sánchez, calma con reparos

El líder socialista no descarta gobernar en el 2016 con pactos aunque su partido no gane las elecciones generales

RAMÓN GORRIARÁN

Domingo, 30 de agosto 2015, 00:55

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Para Pedro Sánchez las elecciones generales y las catalanas no son un asunto de vida o muerte, como sí lo son para el presidente del Gobierno. Las afronta con relativa tranquilidad y ya ha anunciado que después de los comicios legislativos va a seguir como secretario general del PSOE y líder de la oposición si pierde, y con más motivo si gana. Aunque no va a faltar quien quiera mover la silla del secretario general en caso de una derrota en diciembre. Todo dependerá, dicen en su partido, de los ánimo que traiga en los primeros días de septiembre la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, tras su baja maternal. Para mantener las espadas en alto y a modo de aviso, desde Sevilla ya han recordado estos días que será en Andalucía donde el PSOE obtenga los mejores resultados en las generales. Ese dato, dicen los socialistas andaluces, no tiene que pasar inadvertido para nadie en el partido y menos que nadie, el secretario general.

Sánchez, que no lo olvida, llega a las dos citas electorales con mejores expectativas que hace un año. Las votaciones del 24 de mayo aquietaron las casi siempre turbulentas aguas del PSOE. Aunque los socialistas perdieron 175.000 votos respecto a los comicios del 2011, dieron un zarpazo al poder institucional aunque fuera más por el derrumbe del PP que por éxito propio. Pasaron de contar con dos presidente autonómicos a siete, y de nueve alcaldes de capitales de provincia a 17.

El líder socialista, además, no teme una revuelta, salvo que se produzca un descalabro que hoy no entra en los cálculos de nadie. El PSOE cree haber logrado conjurar el peligro de que Podemos se erija en el referente de la izquierda, y es la alternativa de un PP en horas bajas.

Dos o tres puntos

Es más, en los despachos de la madrileña calle Ferraz en absoluto descartan que Sánchez sea el próximo presidente del Gobierno aunque el PSOE no gane las elecciones y lo haga el PP. «Si la diferencia en votos es de dos o tres puntos o de una decena de diputados, nadie podrá negar que estaremos legitimados para pactar y gobernar», razona un barón con peso en la dirección del partido.

Sánchez no habla en público de esa hipótesis, solo se plantea ganar. Es, quizás, el más optimista de los socialistas y cree que es realista pensar en el triunfo para diciembre. Asume que el panorama no es tan halagüeño en los comicios catalanes del 27 de septiembre. Pero también barrunta que el descalabro no tendrá las dimensiones que se presumían hace unos meses. La apuesta del líder del PSC, Miquel Iceta, por un espacio intermedio es, a su juicio, la única posible aunque las menciones a la singularidad de Cataluña en España despierte algunos recelos internos.

Con este cuadro de situación, el secretario general del PSOE aguarda con calma las citas electorales. Acepta que si los resultados no son los esperados pueden surgir los nubarrones, pero está convencido de que él no se la juega, que pase lo que pase su futuro no está en cuestión.

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