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TRAGEDIA DEL 4U9525 DE GERMANWINGS

El copiloto ya había sido tratado por tendencias suicidas

La Fiscalía reveló ayer el trastorno que le apartó de su formación hace seis años pero no habló de su estado actual o el motivo de su baja médica

MARTA FDEZ. VALLEJO

Martes, 31 de marzo 2015, 00:59

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«Tendencias suicidas». La Fiscalía de Düsseldorf desveló ayer el trastorno psíquico por el que el copiloto que estrelló el avión en los Alpes franceses recibió tratamiento durante «un tiempo prolongado» y antes de obtener su licencia para volar. El joven estuvo de baja médica en varias ocasiones después de esa terapia, aunque los investigadores no han aclarado por qué motivo. En todo caso, la revelación confirma de forma oficial las peores sospechas sobre el estado mental de Andreas Lubitz cuando se puso a los mandos del Airbus 320 el pasado martes en el vuelo de Barcelona a Düsseldorf y acabó con su vida y la de otras 149 personas.

La clínica universitaria de Düsseldorf, a la que Lubitz acudió en dos ocasiones en febrero y marzo para solicitar un diagnóstico, entregó ayer su historial médico a la Fiscalía de Düsseldorf, encargada del caso. Tras analizar los documentos, portavoces del ministerio público de la localidad alemana, que dirige la investigación, leyeron un comunicado en el que detallaba que hace varios años, y antes de acabar su formación como piloto, el joven recibió «atención psicoterapeútica por tendencias suicidas» durante un periodo prolongado. «Posteriormente, y hasta el final, hubo más visitas médicas con prescripción de baja laboral, sin que en ellas se constataran tendencias suicidas o agresivas», subrayaron. La Fiscalía, que advirtió ayer de que solo ofrecerá información sobre hechos probados y no entrará «en especulaciones», no reveló la enfermedad que padecía en la actualidad y por la que el día de la catástrofe estaba de baja médica y tenía prohibido volar.

Hasta ahora se sabía que Lubitz había interrumpido su formación durante varios meses, en 2009, y se había especulado con que el motivo fue una grave depresión. El joven, que estaba obsesionado con volar y soñaba con llegar a ser comandante y pilotar vuelos transoceánicos, reanudó con posterioridad su preparación hasta ingresar en la compañía Germanwings, filial de bajo coste de Lufthansa, en 2013. Tanto al entrar en la escuela como al retomar sus estudios y completar su instrucción pasó exámenes físicos y mentales. En junio tenía que someterse a esas pruebas para renovar su licencia.

Análisis de documentación

La Fiscalía continúa analizando la documentación incautada en la casa de Lubitz en Düsseldorf y en la que compartía con sus padres -él ingenierio y ella organista en una iglesia- en la localidad de Montabaur. Entre los papeles hallados había «bajas médicas, actuales e incluso vigentes para el día de los hechos, hechas pedazos», que revelaban la voluntad de ocultar sus problemas de salud a su empresa. En los últimos días medios de comunicación alemanes informaron de que el joven sufría depresión y estrés laboral y que en su casa aparecieron fármacos para tratar problemas psíquicos, en concreto trastornos bipolares, y somníferos. También apuntaban que padecía alguna dolencia ocular, en concreto desprendimiento de retina, que pondría en peligro su carrera como piloto. La información de la Fiscalía ayer solo aclara que de los papeles hallados en el piso «no se desprende que tuviera ninguna enfermedad física».

Las investigaciones llevadas a cabo entre los familiares, amigos y compañeros de trabajo de Lubitz -hay cien agentes dedicados a realizar entrevistas entre las personas de su entorno y recoger muestras de ADN, el mayor operativo en décadas en Alemania- no han arrojado «indicios consistentes que ayuden a explicar los posibles motivos» de su actuación, añadió la Fiscalía. Los agentes tampoco han encontrado una carta de despedida, ni ningún mensaje que pudiera dar pistas sobre las terribles intenciones del copiloto. En su vivienda no aparecieron indicios de que consumiera alcohol o drogas. Los investigadores esperan a conocer los análisis a los restos de Lubitz hallados en el lugar de la catástrofe para confirmar si se estaba medicando o si tomaba algún tipo de sustancia.

La revelación de que el joven Lubitz pudo llegar a pilotar un Airbus a pesar de haber sufrido tendencias suicidas y estar de baja laboral ha hecho saltar todas las alarmas en el mundo de la aviación comercial. Muchas compañías se plantean ya revisar sus protocolos médicos y otras han dado orden de que no pueda quedarse un piloto solo en la cabina.

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