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La infanta acude a declarar a los juzgados de Palma en febrero.
Los antecedentes vaticinan un futuro procesal oscuro para la infanta

Los antecedentes vaticinan un futuro procesal oscuro para la infanta

El juez Castro ultima contrarreloj el auto de apertura de juicio en el que, si no cambia de opinión, estará el nombre de Cristina de Borbón

MELCHOR SÁIZ-PARDO

Domingo, 21 de diciembre 2014, 00:56

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Los antecedentes no son nada halagüeños para Cristina de Borbón. El juez instructor José Castro da este fin de semana los últimos retoques al auto de apertura de juicio oral del 'caso Nóos' y no hay indicios de que nada o nadie le haya hecho cambiar de opinión desde que el pasado 25 de junio cerrara los cuatro años de instrucción acusando a la hermana de Felipe VI de dos delitos fiscales y uno de blanqueo, ilícito éste último rechazado por la Audiencia Provincial.

Salvo sorpresa de última hora, algo que nadie descarta en un sumario que ha dado giros inesperados desde su nacimiento, Castro, en ese auto que se presume inminente, debería sentar en el banquillo de los acusados a la infanta y rechazar la aplicación de la llamada 'doctrina Botín', según la cual no puede abrirse juicio contra una persona por delitos fiscales si la Abogacía del Estado, que es la defensora de la Agencia Tributaria, y la Fiscalía, defensora del interés general, no se consideran damnificadas y no acusan.

Fuentes judiciales creen muy probable que el magistrado haga suyo el «matiz» que le señaló la Audiencia Provincial en su auto del pasado 7 de noviembre, en el que le abrió el camino a sentar en el banquillo a la hermana del Rey, al entender que la 'doctrina Botín' no es aplicable en este caso porque la imputada está acusada de «cooperación necesaria» en los dos supuestos delitos fiscales cometidos por su marido y que estos ilícitos se van a juzgar de cualquier modo porque sí hay acusación pública. Si se confirma ésta tesis, Cristina de Borbón se enfrentará a un juicio en el que la acusación de Manos Limpias pide para ella hasta ocho años de cárcel por haberse participado de manera activa, a través de Aizoon, la empresa que comparte el matrimonio, de los dos fraudes de su marido al fisco. La Agencia Tributaria sostiene que dejó de ingresar en sus arcas 182.005 euros de IRPF de Iñaki Urdangarin en el 2007 y 155.138 euros en el 2008.

No cambia

Estas mismas fuentes de los juzgados de Palma dan por hecho que la decisión de la infanta de pagar los 587.413 euros que la Fiscalía le reclama como responsabilidad civil por haberse enriquecido con esos dos fraudes no va hacer cambiar de parecer a Castro con respecto a la responsabilidad penal de la imputada. O sea que, por coherencia, va a confirmar lo que ya escribió el pasado verano y que en el mes de noviembre sus superiores ratificaron; esto es, que la infanta «colaboró activamente» con las irregularidades que supuestamente orquestó su marido para ocultar a la Agencia Tributaria parte de sus millonarios ingresos por asesorías a multinacionales.

«Hay sobrados indicios -escribió Castro hace solo seis meses- de que Cristina de Borbón y Grecia ha intervenido, de una parte, lucrándose en su propio beneficio y, de otra, facilitando los medios para que lo hiciera su marido, mediante la colaboración silenciosa de su 50% del capital social» de Aizoon, la empresa que al final ha sido el punto débil de la defensa de la hermana de Felipe VI.

En esencia, el magistrado, al margen de su responsabilidad civil o no de la imputada, dejó claro entonces que no creyó ni una palabra de la infanta sobre Aizoon cuando el pasado febrero compareció en sede judicial para asegurar decenas y decenas de veces que desconocía todo lo referido a la sociedad familiar que gestionaba exclusivamente, dijo, su marido.

«Los delitos contra la Hacienda pública que se imputan a Urdangarin difícilmente se podían haber cometido sin, cuando menos, el conocimiento y la aquiescencia de su esposa por mucho que de cara a terceros indiciariamente mantuviera una actitud propia de quien mira para otro lado», explicó en su auto el magistrado y no consta que haya cambiado de opinión.

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