Un perseguido por asesinato envía postales desde el Caribe a los jueces

En las postales, el hombre expresaba sus saludos a modo de broma, según informaron fuentes judiciales, que lamentaron que el prófugo, Walter Jerome C. R., pudiera eludir la acción de la justicia tras ser condenado por un jurado popular a 20 años de cárcel por el asesinato de un hombre de nacionalidad holandesa en el núcleo pirenaico de Aler (Huesca). El huido francés fue juzgado y condenado en 2006, tres años después del crimen, tras un juicio que anuló el Tribunal Supremo y que ordenó volver a repetir de nuevo.

El jurado consideró probado entonces que el acusado era responsable de la muerte de Johannes Everardus Engel, al que supuestamente disparó con una pistola tras una disputa en torno a una deuda. Un año después de producirse la condena, el Tribunal Supremo anuló el juicio al entender que aunque el procesado había reconocido la autoría del crimen, el fallo del jurado popular no había motivado suficientemente el móvil ni la supuesta alevosía en su conducta.

Seis años fugado

La decisión del Supremo motivó de forma automática la puesta en libertad provisional del acusado, por lo que la Audiencia de Huesca decidió priorizar la repetición del juicio, que quedó señalado para el 11 de enero de 2008. El procesado, sin embargo, se dio a la fuga antes de volver a enfrentarse a un nuevo proceso judicial y huyó al extranjero, por lo que los magistrados oscenses dictaron una orden de busca y captura internacional. Como respuesta a esta orden internacional, el acusado envío desde el Caribe una o dos postales a los magistrados de la Audiencia de Huesca en tono jocoso.

En el juicio anulado por el Supremo, el acusado, que se enfrentaba a una petición de 24 años de prisión y a indemnizaciones por 1,4 millones de euros, admitió que disparó sobre su víctima porque ésta había amenazado a su vez con «reventarle» si no le devolvía la cantidad adeudada. El jurado entendió que Walter Jerome C. R., de 60 años en la actualidad, disparó cuatro proyectiles con una pistola con silenciador contra su víctima, después de que ésta se negara a aceptar el pago de la deuda con material de construcción.